Mucho se ha especulado en los medios sobre el impacto del apoyo de Álvaro Uribe en la campaña de Enrique Peñalosa por la Alcaldía de Bogotá. Pero poco se ha hablado de la otra campaña en la cual Álvaro Uribe ha mostrado su apoyo con la generosidad que lo caracteriza: la campaña a la Alcaldía de Pereira. A diferencia de Bogotá, Enrique Vásquez es el candidato del Partido de la U, con el apoyo del Partido Verde, y no al revés. Y a diferencia de Bogotá lleva una tendencia creciente en las encuestas, en buena medida gracias al apoyo manifiesto del expresidente. Y no es para menos. Pereira es tierra profundamente uribista, la ciudad que le dio las dos votaciones porcentuales más altas en sus dos campañas presidenciales.
Por supuesto, ya hay quienes quieren convertir estas elecciones en una especie de referéndum en pro o en contra de Uribe, según los resultados de los diferentes candidatos que el expresidente apoyó en la campaña que se define el 30 de octubre. Ese es un error de quienes siguen viendo al país con ojos del siglo pasado y no han entendido que el presidente Uribe nunca se esforzó por formar herederos de sus banderas, sino por defender las banderas mismas. Y no hay duda que observando los temas que han predominado en todos los rincones de Colombia -seguridad y empleo- la agenda de Álvaro Uribe no solo está viva y coleando, sino más fuerte que nunca. Quienes quieren obligarlo a "hacerse contar" en estas elecciones, no le perdonan precisamente eso: que su agenda perduró y que no necesita que gane o pierda candidato alguno para que su legado fortalezca cada vez más sus raíces. Son los mismos defensores agazapados de la lucha armada, quienes están muy incómodos al ver que cada acción terrorista de las Farc y ELN fortalece cada vez más la popularidad del exmandatario y debilita a quienes insisten en volver al pasado, al trasnochado discurso de las elusivas banderitas blancas y las palomitas fugaces.
Lo que ha hecho Uribe en Pereira, con su enorme olfato político, es ayudar a los ciudadanos a comprender que la transparencia es la variable más importante para que los “tres huevitos”, especialmente el de la confianza inversionista, se conviertan en vigorosas aves de los huevos de oro. Para cuidar a la gallina de huevos de oro, se requieren, como bien lo dijo Álvaro Uribe, "manos de oro, más transparentes y honorables, como las de Enrique Vásquez". Al momento de escribir esta columna, las encuestas están empatadas, aunque con un porcentaje de indecisos bastante alto. Lo que pasará el 30 de octubre es una incógnita, pero se dice que “caballo que alcanza, gana”. Amanecerá y veremos.
