La importancia del editorial en una publicación radica en que refleja la posición del medio sobre los temas de actualidad o sobre una información en particular y es a través de él que se expresa el punto de vista de la redacción. No contar con un editorial puede dejar el barco a la deriva.
No recuerdo editoriales recientes en la revista Semana pero en 1982, en el primer número de su segunda etapa, la nota editorial decía: "En términos de partido, Semana no es una revista liberal ni conservadora. Tiene, sí, una filosofía del periodismo contemporáneo que aspira a colocar la información por encima de grupos y presiones, de servidumbres e intereses que puedan limitarle al observador su derecho a saber qué ocurre, cómo y por qué. Semana no se siente pues obligada a expresar opiniones. Este será su primero y último editorial.” Y encontré otro del 4 de marzo de 2008 refiriéndose a la acción militar contra el campamento de las FARC en donde cayó abatido Raúl Reyes, en su último párrafo dice: “Dentro de la gravedad de los acontecimientos que se están viviendo, que nadie sabe qué desenlace van a tener, se debe destacar la altura y la prudencia con que el presidente Uribe y el gobierno en general han manejado la situación. Las provocaciones de Chávez tienen la evidente intención de producir una reacción de Colombia que desemboque en un incidente. La cabeza fría del gobierno ha evitado que este caiga en la tentación de responder a estas provocaciones. Álvaro Uribe contaba, antes de este episodio, con el apoyo de más del 80 por ciento de sus compatriotas. En la actual coyuntura, el respaldo a su liderazgo es prácticamente unánime.”
Al leerlos no puedo dejar de preguntarme qué ha llevado a esta importante publicación a dar giros tan radicales. Sin editorial es difícil comprender los cambios de orientación de un medio. Vale la pena contrastar esto con el caso particular de un programa de radio que se caracteriza por sus editoriales, La Hora de la Verdad. Su director, Fernando Londoño, expresa a través de ellos su punto de vista frente a los problemas que no dejan de oscurecer nuestro panorama día a día. Sus editoriales son los que estructuran y fortalecen la acción periodística erradicando así el afán de primicias y el amarillismos. Al escucharlo conocemos sin tapujos a qué atenernos frente a lo que recibiremos en cuanto a información y opinión.
Con la revista Semana quedamos en las nebulosas, no hay cabeza visible que soporte el peso de la responsabilidad del medio y tan sólo a través de sus portadas y primicias nos hacemos a una idea de la línea editorial de la revista. Estas, frecuentemente, tienen eco en los otros medios y especialmente en la radio que atrapa en sus intrincadas redes cualquier novedad periodística, tal y como ocurrió con la primicia de Semana del allanamiento de una central de inteligencia del ejército en el barrio Galerías de Bogotá.
Hace unos pocos días mientras escuchaba una entrevista dedicada a ese tema realizada por Fernando Londoño a Alfredo Rangel -considerado el mayor especialista en cuestiones de seguridad del país-, pensaba, junto a muchos de los que escuchamos este programa, que sería el único medio que diría las cosas de manera clara y contundente mientras decenas de emisoras estarían dando muestras de su habitual ligereza y arrogancia a las que tienen acostumbrados a quienes las escuchan.
La Hora de la Verdad, casi solitaria, nos muestra una de las caras de la moneda de la información, la otra cara es la de Medusa con su cabellera de serpientes que paralizan a quienes las observan. Dice lo que le viene en gana, comenta sin pudor y si con muchos prejuicios, ridiculiza los hechos graves, vuelve solemnes las trivialidades y pontifica. Pero si sólo fuera eso no nos causaría el estremecimiento que causa la cabeza de la Medusa, también ataca sin consideración y luego explica.
En La Hora de la Verdad quedó flotando una pregunta que merece una respuesta pronta: ¿Quién filtró la información a la revista? Tratándose de un tema de extrema gravedad que implica una traición a la patria y por las consecuencias que conllevan el que se haya dejado al descubierto toda una red de inteligencia y colocado a la luz pública altos mandos, oficiales y suboficiales, operaciones encubiertas, estrategias militares, agentes y civiles infiltrados que quedan en un peligro inminente, merecería la mayor atención llegar al fondo del asunto.
La otra cara de la moneda
Mié, 12/02/2014 - 05:59
La importancia del editorial en una publicación radica en que refleja la posición del medio sobre los temas de actualidad o sobre una información en particular y es a través de él que se expresa