
El escritor Héctor Abad (El Olvido que Seremos) cerró su discusión con la también escritora Carolina Sanín (Ponqué y otros cuentos) y frenó abruptamente el espectáculo de literatura e ironía amarga que venían dándonos a sus seguidores.
Abad se subió al bus de la controversia que tiene desarrollo en redes sociales, un verdadero matoneo a profesores (Sanín entre ellos) y estudiantes en la Universidad de los Andes, donde se lanzan desde insultos hasta amenazas.
Abad tenía guardada una agresión de Sanín y la desempolvó para simular apoyo frente a las agresiones de que era víctima, pero le puso pólvora:
-Parece ser que la PhD matoneada en Uniandes (solidaridad con ella) tampoco lo hace mal para insultar.
Sanín no se quedó callada y los trinos que parecían cuchilladas no se hicieron esperar. Abad se rindió, o por lo menos detuvo en la controversia.
-En su último post (ya borrado) Sanín reivindica su derecho a insultarme y me invita a insultarla. Yo reivindico mi derecho a ignorarla. Fin (escribió Abad).
Lo que habría dicho Sanín es ofensivo: “que Abad fue parido por el ano”. Ella no lo niega, pero se explica:
Héctor A-Bad mordió el anzuelo que alguien le puso en Twitter.
1-El comentario que le ponen, en el que parece que yo le dijera que fue “parido por el ano” está falsificado.
Tal vez alguna vez he dicho que Abad fue parido por el ano (una manera un poco elaborada de decir que me parece mal escritor, o como si dijéramos, un escritor fecal, que efectivamente me lo parece).
Lo he dicho de otros, pero no lo hice en ese comentario, al que le hicieron photoshop (entre otras cosas, si yo lo hubiera escrito, habría puesto bien la tilde en “parió”.
2-El insulto “parido por el ano” es un insulto. Y todos tenemos derecho de insultar, y hacemos bien en insultar quien nos parece que ocupa una posición de poder inmerecidamente. Eso es distinto de llamar a la violencia física contra esa persona.
3- El insulto “parido por el ano” es suave en comparación a los que mutuamente se dedicaban Góngora y Quevedo, que tanto celebramos y que quizá A-Bad conozca. Invito a Abad a que esfuerce su ingenio (no haga un photoshop, que es un recurso demasiado ordinario) para que me insulte con algo que sea gracioso, pero no con un guiño que tibiamente apoye una amenaza, pues es algo que yo no he hecho. Nunca he llamado a nadie a que lo golpee.
La pluma feroz de Abad
Abad dijo que no es rencoroso. Se lo dijo a El Colombiano, pero enseguida soltó lo siguiente, que al margen de sus condiciones aplaudidas de buen escritor, justifican el que hoy hablen de su polémico estilo:
“…Ahora me dio por entrar a Twitter y me he dado cuenta de que los que están a la derecha de Álvaro Uribe, tienen la costumbre de decirme 'hijueputa'. Y los que están a la izquierda de Piedad Córdoba, me dicen 'gonorrea'. ¿Qué puedo hacer yo ante eso? Yo prefiero que me insulten de los dos extremos. Y siento que de alguna manera estoy defendiendo una posición justa y liberal en el sentido filosófico, que va en contra de la violencia paramilitar y guerrillera".
¿Cómo quedó la pelea con Harold Alvarado Tenorio?
"Casi todos los meses manda un artículo viejo sobre mí, sobre 'el huérfano ilustre', que es como él me llama, acusándome de que mi mamá (que tiene una empresa de arrendamientos) es muy rica y que entonces ella paga mis premios. Que me dieron en Portugal un premio, porque ella fue a comprarlo allá, a Lisboa, cosas así de absurdas. Él dice -que es lo más ofensivo y más duro-, que yo me lucro de la muerte de mi papá...
(Si bien es cierto que a los periodistas nos gusta la sangre –la ajena- en referencia a que se peleen y maten los demás, este asunto se queda así, por ahora, y celebrando que las únicas armas que se utilicen sean las palabras, aunque lo sean en tono mayor ).