No tiene estatutos ni miembros con carné de identificación. Jamás ha realizado congresos nacionales como tampoco regionales. No se cuida de conformar directorios departamentales y establecer componendas y trapisondas para acceder al poder. Su estrategia es simple: permanecer.
Si la ciencia política y los historiadores dieran cuenta de ello, ya habrían incluido en los anales (léase bien) la trascendencia de su participación en los escenarios políticos del país.
Pero no ha sido así. Ellos siguen reafirmando su condición partidista sin partido. Hemos acusado al bipartidismo y hasta al tripartidismo de los desastres que se padecen en este territorio. Pocos se han detenido en acusar la complicidad de este otro partido. Muchos ignoran de manera ladina su existencia. La mayoría, pertenece a su colectividad, sin saberlo quizás.
Buena parte de las cosas que suceden o dejan de suceder, se pueden endilgar a este invisible pero sentido partido político que cada día suma más votos y las estadísticas electorales a veces prefieren olvidar. Y no es un fenómeno exclusivo de este esquinero trópico, no; si da una mirada por los patios vecinos, se da cuenta que las cosas son parecidas: Costa Rica, México, El Salvador, Guatemala y hasta Estados Unidos hace parte del grupo de países en donde el partido MIC gana adeptos. Por ahora no incluyamos a los inconformes de Wall Street y de Madrid… por ahora.
¿Pero cuáles son los factores que promueven el fortalecimiento del MIC? Al parecer son tres las motivaciones: Normativas, técnicas y socio – culturales.
Las primeras que son las causales normativas se encuentran el tipo de elección de la que se trate (nacional o local, presidencial o legislativa), la obligatoriedad o no del voto y el efectivo ejercicio de las posibles sanciones.En la mayoría del continente el voto es obligatorio. De todos los países de América Latina, sólo en Colombia y Nicaragua no lo es obligatorio. En nueve (9) países se sanciona el incumplimiento.
Las causales de tipo técnicas se encuentran la falta de difusión de información electoral (calendario electoral, localización de centros de votación, importancia del voto, etc.), la separación (que permite un mayor universo de electores aptos, y una buena depuración del censo electoral) o convergencia del documento de identidad o cédula y el sitio donde se localiza el registro electoral.
Las causales socio-culturales, que en últimas son las que mayor peso tienen y las más difíciles de erradicar, están relacionadas con la apatía en relación a los efectos que puede producir el voto, la pérdida de credibilidad y confianza en las instituciones y los gobernantes electos; los factores de violencia e intimidación; el escepticismo sobre la transparencia de los comicios; y el abstencionismo como forma de participación democrática.Para nadie es un secreto que los países donde hay tasas de participación electoral altas son también los países donde la distribución del ingreso es menos desigual.
La abstención electoral es menor en Perú con el 21%, Brasil el 18%, República Dominica el 28%, Venezuela el 25%, Chile 9%, Argentina 20%, y Uruguay 20%. La mayor abstención en nuestro patio está en México con el 58%, Colombia con el 50%, El Salvador con el 45% y Guatemala con el 45%.
Si usted, mi querido lector, ya se identificó con el MIC, puede sentirse orgullo o avergonzado, todo depende de la manera como defienda sus principios y razones para pertenecer o no al MIC. Yo propondría que el MIC gestione su personería jurídica en la Superintendencia de las Utopías Legales (SUL) para hacerlo visible y formal, reclamar su cuota de pasividad ciudadana y de pro actividad anti sistema.
Inconformes los llaman en las vitrinas de Estados Unidos y Europa, entre nosotros no pueden darse el lujo de acampar frente a los íconos del sistema porque acá resulta mejor ser una víctima del sistema y cobrar por ello. Además, al sistema le resulta más económico pagar a los miembros del MIC con una que otra reformita cada cierto tiempo para evitar aglomeraciones.
Pertenecer al MIC tiene sus ventajas, conciencia tranquila o indiferencia infinita, sabrá alguien cuál impera más. Lo cierto es que por una u otra razón, la segunda gana espacios que la primera se deja serenamente conquistar.
Coda: quizás muchos de mis lectores son miembros del MIC declarados o en silencio. Lo invite a que tome partido o rompa el carné que lo acredita. Incluso, algunos no terminaron de leer esta columna.
Me Importa Un Culismo (MIC)
Sáb, 26/11/2011 - 10:31
No tiene estatutos ni miembros con carné de identificación. Jamás ha realizado congresos nacionales como tampoco regionales. No se cuida de conformar directorios departamentales y establecer compon