Su verbo es prodigioso, desde los remotos tiempos –unos 50 años- en que fundó Radio Sur de Pitalito. Después dividió al país entre admiradores y detractores con sus comentarios en el noticiero oficial (gobierno Turbay) llamado Noticolor, pero definido magistralmente por Lucas Caballero Calderón –Klim- como “Lambicolor”.
Darío Silva Silva, oriundo de Tarqui, un pequeño pueblo huilense, llegó a ser uno de los más polémicos periodistas “al servicio del régimen”. Y después cayó abatido, por su propio peso, endeudado económicamente y desprestigiado en peor escala que el gobierno que defendía.
Ahí comienza su nueva historia. Se encuentra un ángel de la guarda que se convierte en su esposa, una mujer que lo lleva por los caminos de Dios. Y entonces se levanta nuevamente su palabra, ya no al lado de los políticos sino “a la diestra de Dios Padre”. Darío, el periodista locuaz, el mismo que escribió una página de farándula en El Espacio, el que vimos en la pantalla de la televisión todas las noches “ya para terminar…”, se convirtió en poderoso predicador, protestante, evangelista, fundador de la iglesia Casa sobre la Roca, con miles de seguidores en Colombia, Estados Unidos y el mundo.
Silva Silva analiza la crisis del país, tras la caída de tres magistrados y decenas de políticos, vinculados a procesos de corrupción. En su criterio, la culpa no es de Samper, ni de Pastrana. Tampoco de Uribe ni de Santos. La culpa es “de la materia prima”, los colombianos, formados en la cultura de la trampa.
El culpable está ahí, frente a su espejo, dice el pastor, en este corto y contundente mensaje a sus seguidores de la iglesia y a todos quienes quieran escucharlo…
