El Museo de Arte Moderno de Bogotá inauguró la exposición de la artista francesa ORLAN. Es una muestra de autorretratos híbridos, mezclas que logra utilizando la tecnología digital. Sus fotos, muestran hasta dónde se puede alterar una verdad, cómo se puede lograr una autotrasformación donde los retratos pasan de una identidad a otra, de una raza a otra, de una condición a otra, teniendo como base su misma cara atónita. Esta exhibición cuenta con algunas de las series, que ha exhibido en magníficos museos de Europa.
Como es la moda, su trabajo tiene amplio espectro que va desde la fotografía, el video, la escultura en resina, las instalaciones, el performance y la biotecnología, un nuevo mundo donde anda estudiando. Utiliza la cirugía plástica como medio de expresión para la transformación.
ORLAN, trabaja con la categoría del Arte Carnal, que a diferencia del Body art —arte que trabaja con el cuerpo como medio de expresión— no compromete el cuerpo al dolor, sino que algunas de sus transformaciones son realizadas por medio de cirugías plásticas, que con avanzadas tecnologías, logran cambiar la identidad personal por una imagen prototipo programada en computador. La artista trabaja con un programa que tiene un nombre sugerente: Morphine.
En Colombia se exponen fotografías resultado de las investigaciones de varias culturas: la precolombina en las que su imagen su transforma en vasija precolombina, que incluyen los rasgos, sellos, narigueras y adornos de la cerámica de los entierros.
La serie sobre los Nativos Americanos en su silencio, en la que busca trastocar los ancestros simbólicos. La serie sobre los africanos, en la que interpreta en fotografías en blanco y negro —a la manera de un estudio étnico— las formas escultóricas de un rostro dominado por una cierta geometría barroca en el rostro y en el trabajo con el pelo.
Esta serie contrasta con la serie Drapeados donde trabaja, vestida de monja, el barroco europeo cargado de rebeliones ante su elucubrado y circular movimiento del cuerpo, del manto y su destino religioso, el pedacito de desnudo y la placidez de la cara en un éxtasis sereno.
También están las cajas de luces donde mira de cerca el concepto de la belleza occidental comenzando con la Primavera de Sandro Botticelli, donde el movimiento interno de la imagen la produce una luz que se difumina.
La artista francesa entiende así esta autotransformación: “Mi cuerpo es un lugar de debate público”. Lo concibe como el derecho que tiene de escuchar a un cuerpo interno que busca expresión en la alteración del externo. Su trabajo sobre la apariencia de la vida, busca la mezcla de culturas, la sangre de geografías, los símbolos de las tradiciones en código para que el resultado sea, una imagen hibrida.
El proyecto creativo es un proceso que se puede entender si uno analiza la definición de la palabra híbrido: el primero “Dicho de un animal o de un vegetal: procreado por dos individuos de distinta especie”. Aquí se observa las fotografías de la serie precolombina, en que ORLAN mezcla su retrato con otras imágenes de dos individuos de distintas fenotipos, que han sido procreadas previamente en computador. Una segunda acepción de híbrido es “cuando se trata de un individuo cuyos caracteres son genéticamente distintos con respecto a un mismo carácter”, lo vemos en la serie donde la artista cuestiona los paradigmas de belleza de la historia occidental. Y como una tercera aproximación “Se dice de todo lo que es producto de elementos de distinta naturaleza” es cuando investiga en sus estudios de biotecnología. Su último trabajo es un cultivo de células vivas, en un trabajo titulado Manto del Arlequín en la Universidad de Perth, Australia.

