Las ofensivas palabras del presidente de EE. UU., Donald Trump, en las que sindica a países de África y Latinoamérica, como “agujeros de mierda”, indigna. Es realmente lastimoso para Haití y El Salvador (a los que se refirió de manera concreta), Honduras, Nicaragua, Somalia, Siria, Sudán, Sudán del Sur y Nepal, pueblos agobiados por el hambre, las catástrofes naturales, conflicto armado o el subdesarrollo, se expresen de ellos en estos términos, propiciados entre otras por las políticas neoliberales de las potencias, poco solidarias con los problemas de la gente desfavorecida del mundo.
Nunca antes, un mandatario había llegado a estos límites, mancillar personas de la peor manera como anteriormente hizo con México y el famoso muro, nos hace recordar el holocausto nazi y alimenta el fanatismo que termina en actos terroristas.
EE. UU. está envuelto en una espiral de violencia racial, contra los negros, contra los inmigrantes, contra las mujeres, contra los pobres, contra sí mismo; lo que genera división y pone en peligro la estabilidad de una nación que se preciaba de ser un lugar de libertades.
El multimillonario con cerebro de pollo de la Casa Blanca, ha hecho lo que le ha dado la gana en su administración, es un racista que no ve más allá de sus narices, tiene todo tipo de sindicaciones, desde acoso femenino hasta evasión de impuestos, además de fomentar el porte de armas, que cada día cobra más víctimas.
Este tipo de declaraciones incitan a personas desequilibradas que ven en Trump un referente de sus ideas para seguir con su carrera de muerte. Además de tomar medidas que realmente dan vergüenza, cargadas de irrespeto, poniendo en evidencia una pobreza humana que no tiene comparación.
Qué tristeza produce el pueblo de EE. UU. al elegir a alguien de esta condición, una persona que mantiene al mundo en una constante tensión por sus malas relaciones con Rusia, Corea del Norte, China y gran parte de la comunidad internacional.
Al que le caen como anillo al dedo estas declaraciones, es a Nicolás Maduro, porque mantiene al pueblo unido con el discurso antiimperialista, un distractor perfecto, aunque atraviese la peor crisis, por el colapso de su modelo fracasado, que tiene a su gente pasando hambre.
¿Qué se puede esperar de Donald Trump? A ciencia cierta, nadie sabe nada, hoy a EE. UU. lo conduce un tipo capaz de hacer cualquier locura, incluso apretar el botón nuclear que tanto pregona y desencadenar una tercera guerra mundial; desde que llegó a la Casa Blanca, se ha dedicado a polarizar el mundo con sus acciones y cada día se supera en barbaridades.
Lo único positivo, es que ha visibilizado un problema que estaba debajo del tapete aunque siempre ha existido y es que, en EE. UU. muchas personas piensan como él y con todo este polvorín que se ha levantado, no sé si cambien, no creo, pero al menos, se enteran de que el mundo no es como lo ven ellos, la visión hitleriana ha cambiado y son muchos más los que queremos vivir lejos del racismo y la barbarie.
Ojalá se sigan escuchando discursos en el camino correcto, como el de Oprah Winfrey, sobre todo porque promueven el respeto a la mujer, las minorías e incitan a coexistir en un mundo donde quepamos todos.
@JACOBOSOLANOC
“Países de Mierda”
Lun, 15/01/2018 - 04:46
Las ofensivas palabras del presidente de EE. UU., Donald Trump, en las que sindica a países de África y Latinoamérica, como “agujeros de mierda”, indigna. Es realmente lastimoso para Haití y E