Como en las películas de la mafia, ahora la defensa de los protagonistas del carrusel de la contratación se va lanza en ristre contra quien los denunció y de alguna manera contribuyó a que por lo menos temporalmente se desmantelara. El exótico abogado de Iván Moreno, el histriónico excandidato presidencial Jaime Araújo, que aceptó el caso del senador del Polo luego de que nadie quisiera esa papa caliente, se inventó una sofisticada estrategia para defender a su cliente, en la lógica futbolística de que la mejor defensa es el ataque. Y aunque poco jurídica, por lo menos sí bastante mediática. Acusar a Gustavo Petro de tener nexos con los Nule.
En una rebuscada filigrana decide hilar lo más delgado posible para llegar a la gran conclusión de que el alcalde electo de Bogotá tiene nexos con los contratistas que arruinaron la ciudad. Acusar al acusado tiene efectos sonoros y puede lograr confundir por un rato. El caso es que un concuñado de Petro, al que le deberían plata los Nule es el eslabón que pretenden montar para desacreditar a Petro y desviar la atención de las investigaciones que precisamente él pide que se lleven hasta las sensibles consecuencias del bolsillo para que devuelvan todo el dinero que se llevaron.
Esta estrategia de baranda de medio pelo no es nueva. Casi siempre que un corrupto, un delincuente o mafioso es denunciado por alguien lo primero que se le ocurre es buscar la forma de dejarlo en su misma orilla. Los malosos como se llaman en su propio argot, toman la linterna de Diógenes y la emprenden en búsqueda de posibles fragilidades en su denunciante. Llaman a todos sus enemigos, averiguan quiénes son sus amigos, sus cercanos y familiares para ver si de cualquier forma encuentran la posibilidad de sembrar algún manto de duda sobre el acusador.
Tener nexos es una sutileza gramatical que sugiere estar enredado, involucrado, o hacer parte del clan. Pero no lo afirma, por lo que no daría para que se tipifique calumnia. Porque una persona emparentada con otra que hizo negocios con un tercero, al final tiene alguna conexión, que es lo que en titulares sirve para decir nexos y para insinuar componenda. Pero en estricto castellano no se ha dicho nada inexacto, luego no se ha difamado, ni calumniado, jurídicamente hablando. Pero si se ha regado la especie y es a eso a lo que le apuestan estos encumbrados tinterillos.
Lo que cuenta el aparatosamente recursivo abogado es que Carlos Gutiérrez concuñado del burgomaestre, figura como acreedor de una de las empresas del denominado grupo empresarial en un negocio superior a los 6.100 millones de pesos”. No dice qué negocio, ni por qué concepto existiría esa deuda. Y para rematar mete a los Nule en el saco de los paramilitares. Aquí si hay acusaciones serias porque afirma que en la finca Las Canarias en el municipio de Tolú en Sucre, del padre de los Nule, se creó el primer bloque de la Costa Atlántica de grupos paramilitares, instigado por ellos.
Con este juego de palabras y pretendiendo utilizar el arma letal del silogismo, Petro va quedando en esta insinuación como perteneciente a una red del paramilitarismo. Pero ahí si puede estar tacando burro, como se dice coloquialmente porque no hay nadie que se crea el cuento de que Petro se pueda ubicar en ese lado de la barricada. Sus más enconados enemigos no llegarían a este tipo de elucubraciones. Tamaño despropósito solo puede caber en la cabeza de Araújo, a quien le cupo en la cabeza que podía ser presidente de Colombia. Petro es como el agua y el aceite en este tema y se necesita andar deschavetado para sugerir lo contrario.
Pero lo peor es que el senador Iván Moreno, investigado por influencia en adjudicación de contratos ante su hermano Samuel, a favor del grupo Nule en la Fase III de Transmilenio a cambio de zonas de cesión para estaciones de servicio en la vía Bogotá-Villavicencio, siguió a pie juntillas los consejos de su desorbitado abogado y se lanzó a decir que su proceso es una confabulación entre Petro y los Nule para desprestigiar a su familia, su hermano y al Polo Democrático. Y si fuera poco afirma que el alcalde electo se reunió en cuatro oportunidades con los Nule para hablar de los 80 millones de pesos que recibió del ¨grupo de corruptos¨.
No desaprovechó la oportunidad para increpar al procurador general, Alejandro Ordóñez, al cual le dijo que respondiera a las preguntas de su abogado, sobre su cercanía con los polémicos empresarios. Y en coro Jaime Araújo Rentería el estrambótico defensor le dijo que le gustaría saber si el procurador es aliado de los socios del grupo Nule, al tiempo que aseguraba que todo este proceso hace parte de una persecución de los organismos del Estado contra la izquierda en la denominada “Operación Amazonas”.
Entonces ahora la izquierda es Iván Moreno y Petro está confabulado con la derecha y los corruptos para perseguirlos. Además recibe plata de los corruptos que quieren perjudicar al pobre Samuel y al pobre Iván y tiene nexos con el carrusel, al que también pertenece el Procurador. Nooo pues pobrecitos los hijos de María Eugenia con esa cofradía que los quiere perjudicar. Y qué tal ese Petro no, quien lo ve. Y ese Procurador, ¿qué tal?