Sin contaminación por plásticos es el lema que Naciones Unidas eligió a propósito del Día Mundial del Medioambiente (se conmemoró el pasado 5 de junio), dejando en claro cuál es hoy la mayor de las amenazas medioambientales que enfrenta el planeta.
La cifras relacionadas con el plástico son abrumadoras: cada año se usan 500 mil millones de bolsas de plástico, al menos ocho millones de toneladas de ellas terminan en los océanos (lo que equivale a la descarga de un camión de basura cada minuto), el 50% de todo el plástico que se usa en el mundo es de un solo uso y cada minuto se compra un millón de botellas de plástico.
Por eso es que desde Greenpeace hemos planteado que la lucha contra el plástico es “la gran batalla medioambiental que hoy enfrenta la humanidad”. Pero se trata de un enemigo formidable que ha extendido sus tentáculos en cada una de nuestras acciones de consumo, por lo que se trata de una contienda de largo plazo y que hoy, viendo las consecuencias contaminantes en tierra y océanos, la humanidad está perdiendo.
Pero en nuestro continente hay países que han comenzado a tomar medidas intentar detener este verdadero tsunami de plástico. Por ejemplo, hace unos días, Chile anunció que la idea original de eliminar la distribución de bolsas plásticos en ciudades costeras se había ampliado a todo el país. Es decir, en Chile se ha decidido eliminarlas en todo su territorio.
En Europa, el desafío es más ambicioso y hace poco se ha conocido una idea que llevará a la eliminación diversos productos, como bombillas, cotones, vasos y servicios de plástico, estos últimos extensamente utilizados en establecimientos de comida rápida.
Las iniciativas, sin embargo, imponen un desafío no menor: un cambio cultural y de hábitos enorme para los ciudadanos.
¿Cómo será una vida cotidiana sin plásticos? ¿Es posible existir sin plásticos que apenas apenas duran unos minutos en nuestras manos antes que vayan a dar a la basura? La misión será la misma que se hace con un niño al cual se le enseña que debe cepillarse los dientes todos los días. Tomará tiempo, años, quizás décadas, pero llegará a comprenderse que es lo mejor.
No queda más remedio pensando que, si nada hacemos, para el 2050 habrá más plástico que peces en los océanos. El plástico, eso sí, no claudicará. Menos al saber que las proyecciones indican que, en los próximos diez a 15 años, su producción mundial se duplicará.
En este contexto, América Latina y el Caribe son claves al poseer una de las zonas con mayor biodiversidad del mundo, que tiene 16 millones de kilómetros cuadrados de mar y en cuyas aguas se genera el 24% de la pesca planetaria.
Es hora de rechazar lo que no se pueda reutilizar. Así de simple y urgente es el llamado. No hay otro camino si es que queremos derrotar al plástico.
Soledad Acuña
Coordinadora de la campaña antiplásticos de Greenpeace
Plásticos, la gran batalla medioambiental de la humanidad
Vie, 08/06/2018 - 07:28
Sin contaminación por plásticos es el lema que Naciones Unidas eligió a propósito del Día Mundial del Medioambiente (se conmemoró el pasado 5 de junio), dejando en claro cuál es hoy la