Pasaron los meses, los años, y por fin cayó Armando Ariza, de Comfamiliar. Una larga espera precedió a las decisiones judiciales que condujeron a la cárcel al exalcalde Pedro Suárez y a otros responsables del derrumbe del estadio Plazas Alcid. A todos les llegó el momento.
Ahora discurren varias investigaciones que no dejan dormir a medio concejo de Neiva, por la elección de contralor y personero de la ciudad, a través de prebendas económicas y trueques burocráticos. Aunque también se dice que los rumores provienen de la alcaldía para meterle miedo a los concejales críticos, la verdad es que –averiguando- ahí viene el coco en persona. La justicia morosa se aproxima.
También por los lados del departamento andan consumiendo chorros de lomotil, para frenar desórdenes y ligerezas digestivas, fruto del estrés crónico. El gobernador, Carlos Julio González, dirigió la orquesta para imponer como contralora a Adriana Escobar, allegada a la familia González villa y cuota en otros cargos.
El problema no es –como siempre ocurre- que hayan presionado la elección de un funcionario sino de un cómplice, y la forma como lo hicieron, que rayaría en lo penal.
La fiscalía averigua hace rato (y está por tomar acciones) si González maniobró desde Cartagena (donde se encontraba) para orientar que Uni-Navarra (sus amigos) hicieran el examen académico a los aspirantes al cargo. Y después manipularan los resultados para favorecer las necesidades políticas del gobernador y los gustos personales de Celiano, el hermano perverso.
Habría memorias y documentos para establecer que una es la prueba presentada por la señora Escobar y otra la que publicaron horas después para favorecerla y garantizar su elección, lo cual comprometería penalmente a la rectora de UniNavarra, que –de comprobarse la versión- estaría con un pie en la cárcel.
También se tambalean en la cuerda floja la contralora y quienes armaron el fraude, incluyendo al dócil presidente de la Asamblea de entonces –Mauricio Muñoz- subalterno del gobernador en la trama para urdir la elección de la fiscalizadora de bolsillo.
La cárcel ronda en un momento crucial del país que ha establecido el apremio –¡por fin¡- de enfrentar a los corruptos, enquistados en los gobiernos y la política. Y vigilados por contralores y personeros también negociables, cuando no miembros de su mafia interna.
Algo más: sobre Pedro Suárez. Irrita el traslado de algunos ladrones de cuello blanco a sus casas-mansiones o a cárceles y pabellones privilegiados (caso Armando Ariza). Sin embargo, se justifica el de Pedro Suárez, quien se encontró en la cárcel con quienes le robaron la caja fuerte de su casa y resultaron ser viejos conocidos enemistados por “asuntillos personales”.
Ese hecho y la incomodidad de los demás detenidos, por el aumento de algunas restricciones (es lo que plantean sus familiares), ponen en peligro la vida del exalcalde y hacen necesario el cambio.
Mi tía Elisa está de acuerdo. Ella cree que Suárez es un tipo decente. Ladrón pero decente, de buenas maneras.
Políticos del Huila desbordan consumo de lomotil
Jue, 31/08/2017 - 03:51
Pasaron los meses, los años, y por fin cayó Armando Ariza, de Comfamiliar. Una larga espera precedió a las decisiones judiciales que condujeron a la cárcel al exalcalde Pedro Suárez y a otros res