Aún se recuerda la imagen de Juan Mauel Santos abrazando a Esteban, su hijo, durante el desfile militar del 20 de julio 2013.
El presidente rompió el protocolo. Detuvo el desfile y saludó con euforia al joven que prestaba el servicio militar para defender la patria. El gesto no le gustó a los militares. ¿Privilegios? "Rambo", lo llamaron algunos graciosos en redes sociales.
"Rambo" terminó de defender la patria. Tres años después le tocó el turno de defender a su padre de una crítica que le hicieron en redes sociales.
"No hay un solo periodista serio que pueda decir que este gobierno ejerce la censura", dijo el presidente Santos en Cartagena.
"Pues si es un periodista serio como él, entonces no", respondió el director de la Fm, Hassan Nassar.
Esteban, que aunque activo en Twitter evita confrontaciones directas, respondió al trino del comunicador que no ha negado su simpatía por el expresidente Uribe. En su tuit Esteban habló de la seriedad de su padre como periodista.
"Claro. Tan serio que ganó el premio Rey de España en 1985", trinó.
El presidente Santos, adusto y con esa cara de hombre seco y árido que el mundo le conoce, nos puso a clasificar a los periodistas entre serios y “los otros”, seguramente los payasos. Algún chistoso recomendó primero establecer el grado de seriedad –no mal humor- del Jefe del Estado, para definir unos parámetros esenciales antes de encasillar a los periodistas. Puso sobre la mesa preguntarse si es serio haberle tomado el pelo al país con los incumplidos anuncios de “resucitar” a Gramalote para darle vivienda a sus habitantes, deambulando por el país. Lea también: Santos niega relación de sanciones al grupo Ardila Lulle con libertad de prensa -No le metamos política al asunto, protestó un colega para ponerle orden a la discusión (o diversión?) en un salón que ya estaban desocupando, tras el foro mundial de prensa, organizado por WAN-IFRA. El asunto es tremendamente complicado porque las cosas más terribles y ciertas han salido de la boca o el lápiz de caricaturistas y humoristas, capaces de estremecer el mundo. Por Colombia pasó Luis Verdaguer, un uruguayo care-palo que, sin embargo, decía las cosas más divertidas del momento. “La gente más seria de Caracol Radio trabaja en La Luciérnaga”, dice Gustavo Gómez y el país lo respalda: es uno de los programas más entretenidos, escuchados y contundentes sobre la realidad nacional. Para quienes todavía estén despistados y no entiendan el porqué del tema, les cuento: La controversia surge porque el presidente Santos dijo en Cartagena que no hay un solo periodista serio que pueda decir que este gobierno ejerce la censura, en referencia a la “muy destacada periodista” Claudia Gurisatti, quien denunció que las sanciones al grupo Ardila Lulle obedecen a la conducta crítica de RCN, que ella dirige en la misma organización empresarial. (El tema requiere profunda discusión y análisis, que haremos otro día, sin la presión de la seriedad de hoy. Guillermo Díaz Salamanca, quien trabaja en la empresa de las tres letras (por fortuna sólo tres, no cuatro, RCN) se preguntó, después del homenaje presidencial: -¿Si ningún periodista serio ha sido censurado, entonces están censurando a humoristas, comediantes y cuentahuesos? Para muchos resultó evidente que Santos estaba en el lugar equivocado, o dijo lo que dijo en el sitio menos indicado. O a lo mejor estoy delirando y según los asesores de la Casa de Nariño eso fue lo mejor. Ponerle los taches en el cuerpo a Gurisatti, darle zurriago a los Ardila y despojar de toda seriedad y respeto a los periodistas que osen criticar el régimen. El primer mandatario hablaba en la clausura de un encuentro internacional de periodistas (el 90% extranjeros) promovido por la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias WAN-IFRA (por su acrónimo en inglés) . El anterior se cumplió en Washington y el próximo se hará en Suráfrica. ¿Qué interés iban a tener los participantes en la garrotera del grupo Ardila con Santos? ¿O que el presidente considerara NO seria a la periodista Claudia Gurisatti?. ¿Quién es ella?, se preguntaban. Y entonces había que echarles todo el cuento de las relaciones de poder internas, etc. etc. Y no nos detenemos a hablar del absurdo de proclamar la cercanía de la paz colombiana pero le dedicara medio discurso a criticar, con marcada ironía, a Uribe Vélez. Sacó pecho el presidente al informar sobre los esfuerzos que hizo su gobierno para regresar a su trabajo a la periodista Salud Hernández. Pero ella le responde: -Es triste alardear ante directores de medios extranjeros de que para mi si había todos los recursos. Y los demás secuestrados, que se pudran? Pongamos, entonces, a la Gurisatti y a Salud Hernández entre las periodistas que no son serias. También a Vicky Dávila, que antes era seria. Le aporto a la discusión otros nombres: Gustavo Alvarez Gardeazábal, María Isabel Rueda y Felipe Zuleta. Si quieren ayudar, díganme dónde ubicamos a Julio Sánchez Cristo, Néstor Morales, a Roberto Pombo , Félix De Bedout y a Daniel Coronell. Yo postulo como el periodista más serio en el país (con el metro que sugiere Santos) a Diana Calderón o a Darío Arizmendi. No, mejor a…Yamid Amat, buen amigo de todos los gobiernos.
