Durante la pasada versión de Cali Exposhow, una de las visitantes que más quedó deslumbrada con la calidad del evento y la gente de la ciudad fue Nana Botazzi, editora de la revista española Hola. Se esperaba que en una edición siguiente al certamen plasmara el material recogido en un artículo de los ya emblemáticos de la publicación y así fue. Una de las fotos en las cuales aparece la gestora y promotora del evento, Rosa Jaluf de Castro, con algunas de las mujeres de su familia ha generado una gran controversia porque en ella aparecen también Aura María Valencia y Doris Rodríguez, empleadas domésticas pero también integrantes del grupo familiar, a quienes diferencia de las demás el color de su piel. La interpretación que se le ha dado a una foto en la cual las dos mujeres mencionadas aparecen en el fondo con sendas bandejas de plata en sus manos, ha sido francamente desproporcionada y revela un exceso de dogmatismo que ya raya con un fundamentalismo que genera heridas y disensos muy peligrosos en un entorno como el nuestro. Las reacciones han sido tan fuertes que las señora Jaluf, su hija Sonia, su nieta Royi y su bisnieta Rosita ya han sido amenazadas de muerte por vía telefónica y por escrito y ellas desde luego están lejos de comprender cómo un error de criterio en la producción de una foto ha podido llegar al punto de poner sus vidas en riesgo. Ciertamente la foto es desafortunada en una semana en la cual el Presidente de la República en el marco del Año Internacional de los Afrodescendientes sancionó la ley contra la discriminación racial, sexual, género y nacionalidad. Sin embargo, hay una abierta ligereza en la interpretación que se le ha dado tanto desde el punto de vista racial, como de género. Pero vamos por partes. El senador del Mira Carlos Alberto Baena -y miles de otras personas que han expresado sus opiniones a través de las redes sociales- han calificado la foto como "un irrespeto contra la comunidad afrocolombiana" y califica la posición en la que fueron ubicadas Aura María y Doris como una demostración "de la supremacía de una raza o clase social sobre la otra". En primer lugar yo me hago una pregunta simple: ¿sería igual la fiereza de la reacción si las empleadas domésticas fueran indígenas del Cauca (como también lo son muchas en casas no solo del Valle del Cauca, sino de departamentos del interior), o unas mujeres rubias y ojiazules que caracterizan la raza quindiana por ejemplo? Claramente me atrevo a decir que no. Suele suceder que quienes trabajan en cuestiones de raza, género y sexo son más fundamentalistas que aquellos a quienes buscan defender y rayan en una miopía excesiva que no les deja ver el problema de fondo. Adicionalmente, para mí, viviendo en esta región del Pacífico colombiano tan olvidada por el Gobierno central y tan azotada por la violencia y el desplazamiento, no es ningún irrespeto dar un trabajo digno a unas mujeres salidas de Guapi hace 15 y 12 años respectivamente, pagarles un sueldo que en su lugar de origen jamás habrían visto y que con sus respectivas prestaciones sociales y la ayuda de sus empleadoras hayan podido además comprar no una, sino dos casas además de educar seis hijos como ha sido el caso de Aura María, por ejemplo. Según el último informe del PNUD llamado Los Afrocolombianos frente a los Objetivos del Milenio, "la población afrocolombiana representa el 10,6% de la población total y enfrenta condiciones de extrema pobreza y exclusión", en un párrafo subsiguiente afirma que según el Departamento Nacional de Planeación "esta población exhibe los indicadores socioeconómicos más preocupantes y muy distantes de los promedios nacionales, al tiempo que enfrentan una mayor afectación por la presencia de grupos armados ilegales, por el desplazamiento y por el deterioro ambiental de sus territorios". ¿Dije miopía? No, la reacción es de ceguera además de una abierta irresponsabilidad de los medios de comunicación al no buscar a estas dos mujeres y preguntarles SU opinión al respecto. En segundo lugar, está la cuestión de género. Isabel Londoño Polo, una mujer a quien respeto mucho por su trabajo desde la Fundación Mujeres por Colombia, invitó en su perfil de Facebook "a no volver a comprar una revista Hola hasta que por escrito y destacado, igual que destacaron a las importantes caleñas le ofrezca disculpas a todas las mujeres afrocolombianas y además, a nosotras, las mujeres colombianas mestizas, mulatas, blancas y de otros colores, indignadas por ese racismo. Y con esa disculpa incluya una foto donde están las mujeres afro en el frente y las mujeres importantes con bandejas en el paisaje". Desde luego las reacciones a favor de esta moción que exacerba los ánimos son muchas. Es que en realidad somos en esencia fundamentalistas. Ya he dicho que la foto es desafortunada, pero es también un error garrafal mezclar aquí el tema de género cuando lo que esas seis mujeres que salen registradas han hecho es trabajar en equipo por sacar adelante no solo sus respectivas familias, sino varias empresas que les han dado a todas para vivir y vivir bien. Y es que eso sí somos las mujeres, todas. Solidarias, coequiperas, sensibles y sobre todo, empujadoras para adelante cuando nos vemos en casos extremos, y todas ellas, sin excepción, las han vivido.
De manera que la invitación que yo hago es que miremos un poco más allá de una foto desafortunada en la que el productor por ignorancia o adrede no midió las consecuencias, y pensemos más vale en la manera cómo vamos a afrontar el tema de fondo desde el Senado, desde las ONG, los medios de comunicación y desde las mismas redes sociales. Porque lo perentorio es presionar al Gobierno para que se dedique a mejorar en la Región Pacífico el índice de calidad de vida y de necesidades básicas insatisfechas de la población afrocolombiana. Presionar para lograr cerrar esas inmensas brechas que existen no solo en ingresos, sino en acceso a la alimentación y la educación y en resumen cómo va a generar para ese 10,6% de la población colombiana oportunidades para que todos vivan una vida digna, con trabajos formales y sean motores de desarrollo en una región en la cual todos somos orgullosos de Ser Pacífico. @CarlinaToledoP
