Escribir sobre este monstruo de la pintura, de quien se han producido millones de páginas, poco motivaría tratar ese tema, pero siempre he tenido la frustración que produce el miedo de no poder describir en forma simple la obra de algún maestro del arte.
¿Por qué asustarnos? Si finalmente cualquier maestro tuvo su entorno, el medio ambiente donde vivió, su parte humana, que sin duda fabricaron el inconsciente del pintor. En este caso invito al eventual lector para que nos situemos cuatrocientos y tantos años atrás.
Pues bien, Rembrandt van Rijn nació el 15 de julio de 1606 —en el Siglo de Oro de la Pintura Holandesa—, a dos y media cuadras de donde vivo y por lo menos tengo la certeza de conocer el paisaje con el que creció. Su padre era propietario de un molino. Bueno, eso fue hace cuatro siglos, pero esta ciudad de Leiden, aunque ha cambiado, también ha conservado joyas de la arquitectura de esa época y anteriores.
Había billete. Los mercaderes realmenteestaban haciendo plata duro. Leiden, donde se encuentra la primera universidad que existió en Holanda, creada en 1575 como resultado de una decisión del gran líder que liberó al país de los españoles, Guillermo el Taciturno, recibía estudiantes previo examen de admisión. Dentro de los requisitos estaba saber latín. El pintor asistió a la Escuela de Latín entre 1616-1621. El título de estudiante daba derecho a tomar cerveza y vino sin pagar impuestos, lo que era aprovechado por la familia para consumir estas bebidas esenciales en forma más barata. Rembrandt asistió a la Escuela de Latín y a la Universidad, que también quedan cerca de mi casa.
La ronda de noche
Pero todavía no hemos llegado al punto básico: la luz. Un bien escaso en Europa Norte, donde los días apartir de octubre y a lo largo de seis meses más, son muy cortos. Las mañanas pueden empezar a las ocho o nueve y el día se acaba a las cuatro o cinco de la tarde. Por algo dicen que muchos matrimonios ocurren el 21 de diciembre, la noche más larga del año. Nuestro pintor, como todos los de esa época y los siguientes, perseguían solucionar la luz mediante colores y claroscuros espectaculares que atraían la vista del observador en forma inmediata.
Otro aspecto imposible de no tener en cuanta es la religión. En Holanda, como consecuencia de la independencia de la corona española, la religión católica fue prohibida (pero practicada) durante unos cien años. Por lo tanto las obras de Rembrandt, aunque muchas son pinturas religiosas, eran solicitadas por particulares y no por los mecenas vaticanos. Así mismo, estamos hablando de una época de mercaderes ricos y muy ricos. Los menos pudientes también podían encargar un retrato más pequeño de un pintor famoso, lo que dio lugar a un comercio que ayudó a impulsar el arte.
Rembrandt nunca abandonó Holanda, lo que hacen aún más maravillosos sus cuadros. Otro gran maestro, van Gogh, por ejemplo, doscientos y pico de años más tarde, una vez sale de Holanda “descubre” la luz. Primero en París, visitando a su hermano Theo y luego en la Provenza Francesa. Rembrandt se la inventó.
La alimentación y las costumbres caseras son otra guía. El holandés comía pescado (arenque, entre otros), vinos, carnes, especias traídas de Indonesia, India y otros lugares eran parte de su dieta y visión cotidiana. La cerveza en muchos casos remplazaba al agua, que era menos pura. Unos pocos granos de pimienta costaban una fortuna. Pero sigamos, vamos a “pasear” por algunas de sus obras:
La Ronda de Noche, una de sus obras maestras encargada en ese momento por el Ayuntamiento de Ámsterdam, que no tuvo gran acogida en un principio, hoy es un icono del Museo del Reino (Rijksmuseum). Quien lo visite la encontrará en un lugar de privilegio. Pueden ver el manejo de la luminosidad en formaespectacular. Otra de sus pinturas famosas, La lección de anatomía del doctor Tulp, muestra su enorme habilidad por el detalle.
La lección de anatomía del doctor Tulp
Como muchos maestros, Rembrandt no siempre usufructuó en vida el producto de sus trabajos. En ciertos momentos fue embargado y después de eso sus finanzas nunca se estabilizaron. En lo personal, su vida estuvo marcada por la tragedia. Los tres hijos que le dio su esposa Saskia, a quien adoraba, murieron a los pocos días de nacer y el cuarto,Titus, nacido en 1645,produjo gran alegría al pintor, aunque meses más tarde falleció su esposa.
Posteriormente tuvo varias amantes pero sólo logró una relación estable con Hendrickje Stoffels, de 22 años, quien entró a trabajar como parte del servicio de la casa. Fue modelo de algunos de sus cuadros y en 1654 tuvieron una hija, Cornelia. Como ya he anotado, la tragedia persiguió al pintor: en 1663 muere Hendrickje y su hijo Titus cinco años más tarde. Tras esta nueva tragedia, muere Rembrandt a los 63 años, el 4 de octubre de 1669.
Fernando Botero, El Café
Caminado por esta ciudad y poniendo en palabras a Rembrandt, me encontré con la idea de uno de los grandes de la pintura de Colombia. El maestro Botero. Sus formas y mensaje de sus cuadros me llevó a un contexto donde de manera simple vi otros paisajes que seguramente impregnaron la mente de este gran pintor. Para él, la luz no ha sido nunca un problema. Creció rodeado del paisaje paisa, lleno de color y sol, con cielos primaverales en términos europeos. Sin embargo, en la época de Fernando Botero, por lo menos en su juventud, Colombia no pasaba una época de oro. Las clases políticas peleaban como perros y gatos y la economía era muy dependiente del café. Nuestra vida cotidiana abundante en todo lo que daba la tierra: los frijoles, el arroz, el plátano, la arepa, etc., la bandeja paisa en cualquiera de sus formas, era lo racional, lo obvio. El vino tenía connotaciones económicas más complicadas. Y estoy seguro que nadie estaba esperando en su alimentación cotidiana alguna especia de Indonesia. Nuestros pueblos, fincas, trabajadores y ancestros eran sus escenarios referentes, así como para Rembrandt los canales y molinos eran su paisaje cotidiano. La iglesia, como siempre poderosa, lo mismo que en 1600, pero el cura no era el rey del pueblo. Leiden era conocida por su amplitud en la libertad de cultos. Otro mundo.
Decía que caminaba y finalmente llegue al museo Boerhaave. Para mi sorpresa (aclaro que el museo deja tomar fotografías libremente) tenía expuestos estos dibujos de Botero. Suerte o simple coincidencia cósmica. Uno nunca sabe. La vida está llena de sorpresas y si uno cree en los milagros también puede que existan.
La ronda de noche
Pero todavía no hemos llegado al punto básico: la luz. Un bien escaso en Europa Norte, donde los días apartir de octubre y a lo largo de seis meses más, son muy cortos. Las mañanas pueden empezar a las ocho o nueve y el día se acaba a las cuatro o cinco de la tarde. Por algo dicen que muchos matrimonios ocurren el 21 de diciembre, la noche más larga del año. Nuestro pintor, como todos los de esa época y los siguientes, perseguían solucionar la luz mediante colores y claroscuros espectaculares que atraían la vista del observador en forma inmediata.
Otro aspecto imposible de no tener en cuanta es la religión. En Holanda, como consecuencia de la independencia de la corona española, la religión católica fue prohibida (pero practicada) durante unos cien años. Por lo tanto las obras de Rembrandt, aunque muchas son pinturas religiosas, eran solicitadas por particulares y no por los mecenas vaticanos. Así mismo, estamos hablando de una época de mercaderes ricos y muy ricos. Los menos pudientes también podían encargar un retrato más pequeño de un pintor famoso, lo que dio lugar a un comercio que ayudó a impulsar el arte.
Rembrandt nunca abandonó Holanda, lo que hacen aún más maravillosos sus cuadros. Otro gran maestro, van Gogh, por ejemplo, doscientos y pico de años más tarde, una vez sale de Holanda “descubre” la luz. Primero en París, visitando a su hermano Theo y luego en la Provenza Francesa. Rembrandt se la inventó.
La alimentación y las costumbres caseras son otra guía. El holandés comía pescado (arenque, entre otros), vinos, carnes, especias traídas de Indonesia, India y otros lugares eran parte de su dieta y visión cotidiana. La cerveza en muchos casos remplazaba al agua, que era menos pura. Unos pocos granos de pimienta costaban una fortuna. Pero sigamos, vamos a “pasear” por algunas de sus obras:
La Ronda de Noche, una de sus obras maestras encargada en ese momento por el Ayuntamiento de Ámsterdam, que no tuvo gran acogida en un principio, hoy es un icono del Museo del Reino (Rijksmuseum). Quien lo visite la encontrará en un lugar de privilegio. Pueden ver el manejo de la luminosidad en formaespectacular. Otra de sus pinturas famosas, La lección de anatomía del doctor Tulp, muestra su enorme habilidad por el detalle.
La lección de anatomía del doctor Tulp
Como muchos maestros, Rembrandt no siempre usufructuó en vida el producto de sus trabajos. En ciertos momentos fue embargado y después de eso sus finanzas nunca se estabilizaron. En lo personal, su vida estuvo marcada por la tragedia. Los tres hijos que le dio su esposa Saskia, a quien adoraba, murieron a los pocos días de nacer y el cuarto,Titus, nacido en 1645,produjo gran alegría al pintor, aunque meses más tarde falleció su esposa.
Posteriormente tuvo varias amantes pero sólo logró una relación estable con Hendrickje Stoffels, de 22 años, quien entró a trabajar como parte del servicio de la casa. Fue modelo de algunos de sus cuadros y en 1654 tuvieron una hija, Cornelia. Como ya he anotado, la tragedia persiguió al pintor: en 1663 muere Hendrickje y su hijo Titus cinco años más tarde. Tras esta nueva tragedia, muere Rembrandt a los 63 años, el 4 de octubre de 1669.
Fernando Botero, El Café
Caminado por esta ciudad y poniendo en palabras a Rembrandt, me encontré con la idea de uno de los grandes de la pintura de Colombia. El maestro Botero. Sus formas y mensaje de sus cuadros me llevó a un contexto donde de manera simple vi otros paisajes que seguramente impregnaron la mente de este gran pintor. Para él, la luz no ha sido nunca un problema. Creció rodeado del paisaje paisa, lleno de color y sol, con cielos primaverales en términos europeos. Sin embargo, en la época de Fernando Botero, por lo menos en su juventud, Colombia no pasaba una época de oro. Las clases políticas peleaban como perros y gatos y la economía era muy dependiente del café. Nuestra vida cotidiana abundante en todo lo que daba la tierra: los frijoles, el arroz, el plátano, la arepa, etc., la bandeja paisa en cualquiera de sus formas, era lo racional, lo obvio. El vino tenía connotaciones económicas más complicadas. Y estoy seguro que nadie estaba esperando en su alimentación cotidiana alguna especia de Indonesia. Nuestros pueblos, fincas, trabajadores y ancestros eran sus escenarios referentes, así como para Rembrandt los canales y molinos eran su paisaje cotidiano. La iglesia, como siempre poderosa, lo mismo que en 1600, pero el cura no era el rey del pueblo. Leiden era conocida por su amplitud en la libertad de cultos. Otro mundo.
Decía que caminaba y finalmente llegue al museo Boerhaave. Para mi sorpresa (aclaro que el museo deja tomar fotografías libremente) tenía expuestos estos dibujos de Botero. Suerte o simple coincidencia cósmica. Uno nunca sabe. La vida está llena de sorpresas y si uno cree en los milagros también puede que existan.
