
-Fueron ocho meses de vivir allí en Yemen, de trabajar durante la revolución, un momento muy difícil del conflicto. Y fue una fotografía desde la paciencia y de conocer mucho la gente, de pasar tiempo en el lugar, sin prisas.
Aranda, español, viaja por el mundo, cargando su equipo básico y mucha paciencia para encontrar el momento exacto de disparar su cámara.
Lo curioso es que lo han despedido cuatro veces del puesto, e incluso tuvo diferencias con su jefe inmediato cuando tomó la foto que a la postre resultó ganadora.
-Lo que pasa, explica, es que hay cosas que molestan a los medios de comunicación, ahora manejados por bancos y gente que no tiene mucho periodismo. Por eso es dificil trabajar en este oficio.
Pero Aranda no se rinde. Dice que debe seguir siendo inconformista. –“Nunca he sido de bajar la cabeza y aceptar cosas con las que no estoy de acuerdo.
-Hay que seguir adelante y siempre con la idea muy clara de lo que uno quiere hacer y cree, de lo que lo hace feliz. Al final es contar historias y denunciar cosas.
¿Lo suyo es es contar historias a través de la fotografía?
Sí, es un proceso que también está cambiando. Empiezan a probar cosas más artísticas, cosas de museo, algún contacto con video, películas y cosas así. Hay que estar abierto a cualquier medio visual de contar historias.
¿En su trabajo ha visto limitada la libertad de expresión?
No diría tanto como la libertad de expresión sino que los medios de comunicación se rigen por unas necesidad económicas de éxito, que el periódico se compre mucho, que el anunciante de perfumes o relojes pueda poner su anuncio; entonces es mucho más fácil que vendan un perfume al lado de un artículo de moda que al lado de un artículo sobre el hambre en África.
Digamos que se llama “canalización del dinero de la publicidad”.
Kienyke habló con Aranda en el pasado festival Gabriel García Márquez, donde el fotógrafo fue conferencia y director de varios talleres.
https://www.youtube.com/watch?v=7V7yE0FpoSY