Nada favorable resulta para el gobierno del presidente Juan Manuel Santos que Rodrigo Londoño, alias Timochenko, noveno comandante de la guerrilla de las Farc se encuentre en territorio venezolano, no solo porque no puede combatirlo más allá de la línea fronteriza sino por la poca colaboración que ha de prestar su homólogo venezolano, Hugo Chávez.
Capturar o dar de baja a alias Timochenko será una tarea difícil aunque hoy se mantenga la nueva mejor amistad entre Santos y Chávez; porque si el mandatario venezolano decidiera aceptar la misión y se activaran los operativos de búsqueda para capturar o dar de baja a Timochenko en territorio venezolano, le daría validez a las declaraciones de Álvaro Uribe cuando afirmaba que el país vecino se ha convertido en un santuario de guerrilleros de las Farc y el Eln, dejando en el ambiente la impresión de que su negativa para combatir al grupo guerrillero en la zona fronteriza era más por llevarle la contraria al exmandatario colombiano que por falta de información.
Es un hecho que las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela en el futuro penderán de un hilo y deberán ser tratadas con el mayor sigilo, no solo porque se trata de un país vecino, sino porque es el segundo socio comercial de nuestro país. Razón de más para que el jefe guerrillero se encuentre disfrutando de una cómoda estadía en territorio vecino, porque sabe de antemano que Juan Manuel Santos no ordenará operativos como el que permitió la captura de Rodrigo Granda de ese lado de la frontera, tampoco creo que autorice bombardeos como el que se realizó en Ecuador y permitió la baja de Raúl Reyes; y desafortunadamente para Colombia, Timochenko tiene a su favor la actitud complaciente de Hugo Chávez.
Para capturar o dar de baja a este guerrillero es necesaria la cooperación de Venezuela en la lucha contra el terrorismo en Colombia. Tarea difícil de llevar a cabo aunque se hayan restablecido las relaciones entre ambas naciones, mientras el mandatario venezolano no preste colaboración y de manera aislada continúe enviando a uno que otro subversivo para generar golpes de opinión a su favor. A la hora de la verdad, estas detenciones no significan mayor logro para nuestro país.
Esperemos que de ser cierto que el nuevo jefe guerrillero se encuentra en Venezuela, el presidente Chávez entienda lo delicado que resultaría que desde su país se planee una lucha armada que puede extenderse hacia otras regiones de Latinoamérica. Por eso es necesario que desde ahora se activen los mecanismos de colaboración en la lucha contra el terrorismo en Colombia, pero es más necesario que el mandatario vecino cambie de actitud y demuestre que sus afectos con nuestro país están del lado de la legalidad.
Cambiando de tema: Resulta extraño que en el Partido Liberal se piense en una reunificación con exmilitantes que en estos momentos hacen parte de las filas de la U y Cambio Radical, y no se estime o no se considere la idea de que en ese retorno se encuentre también el expresidente Álvaro Uribe. No hay que olvidar que el exmandatario fue concejal, gobernador y senador, por el liberalismo.