Vencer la política podrida

Lun, 18/04/2016 - 13:41
La política está viviendo una crisis ética sin precedentes. El costo de las campañas hace que los topes de financiamiento sean una burla y desde la administración pública se gestan estructuras d
La política está viviendo una crisis ética sin precedentes. El costo de las campañas hace que los topes de financiamiento sean una burla y desde la administración pública se gestan estructuras de favores mutuos que van desde los contratistas hasta los electos, pasando por una perversa red de intermediarios, que van aniquilando la calidad de la democracia hasta convertirla en una palabra vacía o en un simple ornamento del lenguaje político. Por eso vale la pena preguntarse ¿con cuál ‘P’ queremos que se escriba la política? Existe una Política Podrida, putrefacta y deleznable que se basa en una serie de elementos peligrosos. La podredumbre empieza por las prebendas. Con la dádiva, el favor y la contraprestación se pretende eliminar la libertad de elegir y hacer de la política un vulgar ejercicio transaccional. La pestilencia la agrava el uso de los presupuestos públicos. Los dineros del Estado se usan por mafias politiqueras para favorecer a los contratistas abyectos y cómplices que financian campañas, además de beneficiar a quienes consideran los manzanillos son sus votos amarrados. El ambiente de la Política Podrida también está lleno de falsas promesas, populismo y el único objetivo del poder. Su mejor configuración es el pan para hoy, hambre para mañana. Se manipula la expectativa del electorado, se utilizan frases efectistas, deslumbrantes ilusiones cuando se incuba el único deseo de consolidar el poder en cabeza de unos pocos. Sólo podremos enfrentar este ambiente pernicioso con una política que se escriba con la ‘P’ de Pulcritud. Esta transformación requiere la participación directa de los ciudadanos, sus expresiones libres, firmes y orientadas a desafiar los manzanillos, los caciques y los jefes tradicionales que solo pueden encarnar la figura de raponeros de la democracia. La ‘P’ con Pulcritud empieza por la defensa de los principios. Debemos construir una política donde primen los líderes que se identifiquen con los principios de la ciudadanía y no quienes atiendan el favor individual. Solo así romperemos el círculo vicioso de la política transaccional para concentrarnos en lo esencial. Una nueva política implica que los presupuestos públicos mal utilizados puedan ser contrarrestados con iniciativas colectivas, donde la ciudadanía haga sentir su voz. Necesitamos confrontar las falsas promesas con proyectos definidos, con indicadores, rutas de gestión y credibilidad para su cumplimiento. También es urgente derrotar al populismo con pedagogía, con conocimiento, con ideas, porque una política revestida de autoridad moral e intelectual destroza el falso lenguaje populista que siembra desolación. Esa Política con Pulcritud se basa en lograr el progreso colectivo en lugar del poder para unos pocos, ahí también está la diferencia. Nuestro país necesita emprender esa lucha por una política digna y para hacerlo, necesitamos enfrentar los grandes focos de corrupción que se encuentran en el abuso de la contratación directa, en la manipulación de los convenios inter-administrativos, en las modificaciones amañadas de los Planes de Ordenamiento Territorial, en las deliberadamente oscuras partidas presupuestales globales y sencillamente en la mermelada. Construir una Política Pulcra es vital en la construcción de un nuevo país, de un nuevo modelo de desarrollo transparente y con visión de futuro. Ese compromiso requiere de un ciudadano digital libre, acucioso, comprometido y dispuesto a superar el poderío de quienes se sienten dueños de las estructuras políticas. Ha llegado el momento de hacerlo. PD: Comparto mi charla TED sobre la Política con Pulcritud: https://www.youtube.com/watch?v=ErQXTYSOwT4
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