Manuela Saenz, la libertadora del libertador

Mié, 27/12/2017 - 13:21
"Mi libertador, aliente la multiplicación de la vida y la libertad. Todos esperan su palabra para hacer más fácil el esfuerzo de ayudar a la historia a reconocer s

"Mi libertador, aliente la multiplicación de la vida y la libertad. Todos esperan su palabra para hacer más fácil el esfuerzo de ayudar a la historia a reconocer su entrega por la causa de los pueblos. Gozo con la idea, como lo hago las veces que estoy en su compañía".

Manuela Saenz

Manuela Saenz Aizpuru se ganó varios títulos: La Caballeresa del Sol, Amable Loca, Manuelita la Loca, La Libertadora del Libertador gracias a su actitud y valentía. Con todos estos nombres era conocida la libertadora quiteña y compañera sentimental de Simón Bolívar recordada como la heroína de la Independencia de América del Sur. Aún después de un siglo de su muerte sigue despertando amores y odios. Fue hasta mediados del siglo XX que empezó a ser reconocida como una heroína y prócer de la independencia. Mientras vivió fue denigrada, ignorada y desterrada por sus contemporaneos. [single-related post_id="802236"] Saenz nació en Quito, Ecuador el 27 de diciembre de 1797. Algunas versiones dicen que su madre falleció cuando ella nació y otras que dos años después. Por este motivo fue enviada a un convento en el que pasó sus primeros años. Su padre la llevaba en algunas ocasiones a su casa donde vivía con su nueva esposa Juana del Campo y Larraondo. La mujer siempre la trató con cariño, le enseñó buenas costumbres y le infundó interés por la lectura. Terminó su educación y a los 17 años huyó del convento. En 1817 se casó por conveniencia con el médico inglés James Thorne. Luego formó parte de las actividades proindependentistas y conoció a Bolívar. Ella describió el encuentro: [single-related post_id="801156"] "Cuando se acercaba al paso de nuestro balcón, tomé la corona de rosas y ramitas de laureles y la arrojé para que cayera al frente del caballo de S. E.; pero con tal suerte que fue a parar con toda la fuerza de la caída, a la casaca, justo en el pecho. Me ruboricé de la vergüenza, pues el Libertador alzó su mirada y me descubrió aún con los brazos estirados en tal acto; pero se sonrió y me hizo un saludo con el sombrero pavonado que traía a la mano". En el baile de bienvenida a Bolívar él le dijo: "Señora: si mis soldados tuvieran su puntería, ya habríamos ganado la guerra a España». Desde ese momento la pareja se unió durante ocho años, hasta la muerte del libertador. Manuela finalmente falleció el 23 de noviembre de 1856 por una epidemia de difteria que azotó la región. En Bogotá, Colombia existe el museo "La Casa de Manuelita Saenz". El lugar que ella habitó de 1828 a 1830 hasta que 'el libertador' falleció y ella fue obligada a abandonarla.  
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