Kurt Cobain causó dos grandes impactos en la historia del rock, su nacimiento musical fue considerado una revolución en el género y su muerte, una pérdida permanentemente recordada, incluso 28 años después de su fallecimiento, que se cumplen este 5 de abril, un deceso que representa una de las tragedias más impactantes del rock.
Detrás de su potente voz y letras hechas a la medida de la llamada Generación X, quedaron ocultos sus problemas personales, evidentes física y socialmente, pero del que pocos se percataron.
El 5 de abril de 1994, cuando, luego de que dos días antes escapara de Exodus, un centro de rehabilitación, y de pasar varias semanas desaparecido, Kurt Cobain se inyectó varios chutes de heroína junto a Duff McKagan, bajista de Guns N' Roses, viajó a Seattle y se encerró en el invernadero de su casa, colocó una escopeta Remington del calibre 22 entre sus piernas con el cañón dirigido a su cara y disparó. Ese día se acabó la vida de uno de los guitarristas y vocalistas más influyentes del mundo.
Su cuerpo fue encontrado tres días después por un electricista que había ido a instalar un sistema de seguridad, y junto al cuerpo, había una carta con la que se despedía.