Cuando buscamos lo que realmente deseamos en la vida, en algún momento nos toparemos inevitablemente con la cuestión del sentido de la vida. Cada vez más participantes en mis seminarios y consultas me preguntan por el sentido de la vida y por su misión en la vida. Por Dieter Broers, un prestigioso biofísico que combina maravillosamente la ciencia y la espiritualidad, sé que son cada vez más numerosos los ejecutivos de empresas que acuden a sus conferencias porque no le encuentran sentido a su trabajo. Se dan cuenta de que el poder y la manipulación no son valores que tengan sentido.
Cuando alguien me pregunta por el sentido o la misión de su vida, les contesto lo siguiente: a mi entender, el ser humano tiene dos misiones. La primera es orientar la vida de manera que produzcas alegría; vive de modo que tú mismo y los demás se alegren; haz lo que te hace gracias; búscate una profesión que te
guste, etc.
Cuanta más alegría haya en tu vida, tanto más fáciles serán las cosas. Como ya escribí al comienzo, toda persona tiene el derecho innato a llevar una vida plena, feliz y sana de la abundancia. Esto se consigue con ayuda de la alegría de vivir. Si careces de esa alegría, pregúntate por qué. Y antes de que empieces a
lamentarte de que no tienes la culpa de que te falte la alegría de vivir, re recuerdo que eres creador, que res arquitecto de tu realidad. Cada día creas tu propio mundo, y por tanto, también tienes la posibilidad de cambiarlo.
La segunda misión que tenemos se halla en lo más profundo de nuestro ser. Cada persona encierra un potencial infinito, cada persona alberga un talento muy especial: algo que sabe hacer especialmente bien, mejor que otras. Pues bien, se trata de reconocer y aprovechar este talento, este don, sacarlo a relucir y ponerlo a disposición del mundo. Éste es el motivo por el que antiguamente había en los pueblos un carpintero, un herrero, un molinero, etc.
“El sentido de la vida” en la voz del Logoterapeuta y Coach de Vida Armando Martí© (una adaptación del libro La Sanación Cuántica de Siranus Sven Von Staden), para la sección Konciencia de KienyKe.com. Escúchalo, disfrútalo y compártelo:
¿Cuál es el talento especial que tienes? ¿Qué sabes hacer mejor que muchas personas? Por cierto que el don que tienes puede cambiar en el transcurso de la vida: es posible que al comienzo tengas el talento para ser una buena deportista y más tarde llegues a ser una madre fabulosa. Y en algún momento dado transmites tus conocimientos a muchas personas en seminarios o conferencias. No todas las personas aportan el mismo don a lo largo de toda la vida, pero lo importante es que hagas partícipes de él a otras personas. Contribuye con tu talento a crear un mundo feliz. Si lo haces, habrás encontrado tu misión.
¿Cómo descubrir el propio talento especial? Te ayudarán las siguientes
preguntas:
- ¿En qué soy realmente bueno?
- ¿Qué me resulta especialmente fácil?
- ¿Qué me sale simplemente de la mano sin mayor esfuerzo?
- ¿Qué sé hacer claramente mejor que otras personas?
- ¿En qué actividad se me va el corazón?
- ¿Qué actividad me absorbe tanto que me olvido del hambre, la sed y el sueño?
- ¿En qué actividad se me pasa el tiempo volando?
- ¿Qué dicen otros que hago muy bien o mejor que los demás?
- ¿Cuál es por tanto mi dos especial, mi talento?
Tal vez tengas más de una respuesta a algunas de estas preguntas. Acuérdate sobre todo de tu infancia: a menudo nuestros talentos están atrofiados porque no han podido desarrollarse o incluso porque han estado vedados. Recopila todos los que se te ocurran y examina si tienen cosas en común.
Concéntrate en el don especial que tienes, refuérzalo y desarróllalo. Comprobarás que resulta muy fácil, como si alguien te ayudara desde no se sabe dónde. Esto por sí solo ya te indica que vas por el buen camino. Pregúntate cómo puedes utilizar tu don por el bien del mundo; si lo haces, todo te resultará todavía más fácil, pues el universo te ayudará y te promoverá.
