El amor es el secreto que anima todas las cosas del universo. Es una fuerza casi imposible de definir desde la razón, pero sin lugar a duda, se puede experimentar desde el corazón. Por amor nos sentimos atraídos hacia otra persona y experimentamos el impulso ancestral de unirnos a ella para formar la pareja.
En las primeras etapas del “enamoramiento” (que pueden durar entre seis meses a un año), tendemos a idealizar al ser amado. Sin embargo, el desafío real es la convivencia, en donde para tener éxito la pareja debe “aprender a comprender al otro”. Con el pasar del tiempo, ambos se convierten en un espejo que refleja los defectos y virtudes de cada uno.
En esta interacción, también podemos adquirir conciencia de nosotros mismos y saber si somos capaces de sacar adelante esta unión. Recordemos que cada pareja es un mundo diferente y por esta razón, la adaptación depende de los acuerdos a los que lleguen las partes.
Muchos de los compromisos que se hacen de forma apresurada o inmadura, tienden a no sostenerse en el tiempo. Lo más importante, es definir un auténtico vínculo afectivo que se abastece a través de la confianza y la empatía, sentimientos muy diferentes a los de la competencia y los celos, que son los causantes de la mayoría de las separaciones y rompimientos emocionales.
La necesidad de perfección y dominio sobre el otro es el fin de la pareja. El amor sincero nace de un corazón pleno de libertad y valentía, que no permite que se le impongan reglas o deberes provenientes de la soberbia y los caprichos del ego enfermo. Una pareja sana está contenida en el deseo de hacer el bien al otro desde la orilla de la humildad, la amabilidad, el cariño y el respeto.
Finalmente, los invito a dejar de ser espectadores de las historias de amor de los demás. Construyan y experimenten su propia historia con responsabilidad, que es la fuente de la tranquilidad interior. El amor es algo que sucede y no se analiza. Vivan su amor de instante en instante, en unidad, apoyándose y cuidándose el uno del otro. El mayor pecado en la pareja es no ser felices y su mayor regalo es gozar de la existencia.
Por: Armando Martí