
"El mundo del fútbol no está dispuesto a aceptar jugadores abiertamente gay: todavía hay demasiados prejuicios y demasiada poca tolerancia". Cuando habla de la relación entre el fútbol y homosexualismo, Jonathan Falco se expresa con franqueza y explica porqué decidió dejar a un lado el deporte más popular del mundo y dedicarse a protagonizar películas porno.
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"Siempre me he sentido atraído por los hombres, ahora me siento mucho mejor en mi cuerpo".
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A los 26 años, cando jugaba en el Racing de Malinas de Bélgica y proyectaba como un futbolista de élite en su país, decidió retirarse del fútbol y abrir su propio salón de masajes.
De esta forma Falco empezó a salir del clóset. En el día trabajaba en su propio salón de masajes y en la noche bailaba en diferentes bares de Bruselas.
La rumba gay en la capital de Bélgica le dio el protagonismo que hoy tiene. En una de esas noches de fiesta conoció a un productor de la industria XXX que lo convenció para participar en una de sus películas.
Aunque estaba convencido de asumir su sexualidad, aceptar la propuesta no fue del todo fácil. Prefirió utilizar un nombre artístico para evitar que sus antiguos compañeros de fútbol lo reconocieran con facilidad.
Jonathan Falco se convirtió entonces en 'Stany Falcone'. Hoy no se esconde y con orgullo habla de su trabajo presume de “participar en grandes producciones francesas, inglesas y americanas”. De Falco está seguro de querer seguir dedicándose al porno, “mientras esto dure”.
Falco comenzó su carrera deportiva con 20 años en el OH Leuven de tercera división de la liga de su país natal, al año siguiente consiguió ascender a segunda con este mismo equipo. En 2006 fue transferido al Deinze, donde jugó durante tres años; más tarde, en 2009, pasaría por el KSV Sottegem; y el último equipo donde jugaría antes de retirarse fue el Racing Malinas.