El castor es calificado como una ‘especie exótica invasora’ por algunas empresas, gremios agricultores y monitores de cuencas hidrográficas, ya que éste es considerado como una plaga que destruye los árboles, y por ende hace que se dañe el territorio.
Por ello, han intentado erradicarlo de algunas zonas como del Parque Nacional Tierra del Fuego en Canadá, por ser visto como un animal que acaba con lo que encuentre a su paso. Sin embargo, lo que las personas no saben es que el castor es un conservador natural del medio ambiente.
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Según un estudio checo mediante un ejercicio de observación y análisis, por medio de localizadores electrónicos, se descubrió que este animal es de vital importancia para los ecosistemas. Entre los resultados que arrojó la investigación, se conoció que la población de castores estudiados tienen ciertos hábitos y crean rutas de expansión, las cuales ayudan a que los terrenos secos permanezcan con cierta humedad.
Entre las características que se pueden encontrar en este animal, es que posee un pelaje color marrón, una cola plana y ancha. Asimismo, dispone de unas patas en la que sus dedos tienen una forma palmeada.
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Otras peculiaridades de este roedor es que tiene desarrollado el sentido del olfato, oído y tacto, pero no el de la visión. Adicionalmente, posee dientes muy fuertes, los cuales no dejan de crecer a lo largo de su vida. También, puede permanecer un largo tiempo bajo el agua, ya que el grosor de la piel le permite conservar una temperatura adecuada y cuando nada lo puede hacer sin problema gracias a una membrana especial que le recubre los ojos, al mismo tiempo que lo orificios de la nariz y los oídos se cierran.
Es importante saber que este roedor es semiautomático y se contempla como un ingeniero del medio ambiente. Además, algunos países como Noruega, Rusia y República Checa, han reunido esfuerzos para evitar que la población de más de 5.000 castores desaparezcan por culpa de los seres humanos, y de los cazadores que los están persiguiendo en su hábitat.
Algunos entes protectores han podido resguardar estos territorios, a través de permisos estatales, para evitar que a los castores se les envenene y se acabe con la vida de estos constructores ambientales. De igual forma, se pretende que con esta medida de protección no se pierda el foco de atracción turística.
