Chile definirá a su próximo presidente en una segunda vuelta este 14 de diciembre, entre Jeannette Jara y José Antonio Kast. El ganador gobernará entre 2026 y 2030, en un escenario de fuerte polarización.
En la primera vuelta, Jara quedó primera con cerca del 27 % de los votos y Kast segundo con alrededor del 24 %. Tercero se ubicó Franco Parisi, cuyo caudal vuelve decisiva la manera en que se redistribuyan sus apoyos. La participación superó el 85 %, gracias al voto obligatorio, y las antiguas fuerzas de centro quedaron muy debilitadas.
Jeannette Jara: continuidad del ciclo progresista
Jeannette Jara, de 49 años, abogada y militante del Partido Comunista, fue ministra de Trabajo en el gobierno de Gabriel Boric. Encabeza la coalición oficialista Unidad por Chile y se presenta como continuidad crítica del actual gobierno. Entre sus principales logros exhibe la reducción de la jornada laboral a 40 horas y el aumento del salario mínimo.
Su campaña pone el foco en pensiones, costo de la vida y vivienda pública. Jara promete fortalecer la protección social, mejorar las jubilaciones y abaratar servicios básicos, con un discurso de crecimiento con equidad. Frente a las críticas por seguridad, endureció el tono: ofrece enfrentar al crimen organizado y al narcotráfico con todas las herramientas del Estado, sin abandonar medidas sociales en territorios vulnerables.
José Antonio Kast: giro a la derecha
José Antonio Kast, de 59 años, abogado y líder del Partido Republicano, es la carta de la derecha radical. Es su tercera candidatura presidencial y ha construido su oferta en torno a la idea de orden. Propone reforzar a Carabineros, endurecer penas, permitir un mayor despliegue militar de apoyo y aplicar una política de migración más restrictiva, con deportaciones y controles fronterizos más duros.
En economía, Kast plantea un programa de corte liberal: bajar impuestos, reducir gasto público y ampliar el espacio del mercado para atraer inversión y empleo. En valores mantiene posiciones conservadoras y es crítico de la ampliación de derechos en materia de aborto y diversidad sexual.
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¿Por qué importa en Colombia?
La segunda vuelta enfrenta dos proyectos claros: un modelo de Estado de bienestar que busca profundizar reformas sociales, y una alternativa de derecha dura centrada en seguridad y liberalización económica. El resultado enviará una señal a una región donde los oficialismos han sido castigados.
Para Colombia, con elecciones presidenciales en 2026, lo que ocurra en Chile se mira como referencia. Un triunfo de Kast sería usado por sectores de la derecha colombiana para reforzar el relato de un giro conservador regional frente al gobierno de Gustavo Petro. Una victoria de Jara, en cambio, daría aire a los gobiernos progresistas y mantendría a Chile alineado con Bogotá en temas de seguridad, desigualdad y modelo económico.
