Un bailarín panameño, nominado al principal premio teatral de Rusia

Mié, 17/03/2021 - 16:22
Diego Ernesto Calderón, panameño que trabaja en Samara, es uno de los nominados al premio Máscara de Oro, el reconocimiento teatral más prestigioso de Rusia.
Créditos:
Instagram @DiegoDeca

El premio Máscara de Oro es el premio teatral más prestigioso en Rusia. Es igual a los premios Olivier, en el Reino Unido, o Tony, en EEUU. Este año, uno de los nominados a mejor bailarín es Diego Ernesto Calderón Armién, panameño que trabaja en la ciudad rusa de Samara. Esta nominación la logró, gracias a su gran talento y pasión.

Como muchos latinoamericanos, Diego lleva la danza en la sangre desde la infancia. Sin embargo, su formación profesional en el ballet clásico la inició con 16 años, al ingresar en la Academia de Ballet Raisa Gutiérrez de Panamá. Unos años más tarde, llegó a Rusia para perfeccionar su técnica y en 2015 se graduó de la Academia de Coreografía de Moscú, que anteriormente se encontraba afiliada al teatro Bolshói.

Desde 2018, trabaja en Samara, a la que califica de "la segunda Moscú". Es la octava ciudad más poblada del país, además de ser uno de sus centros intelectuales y académicos. Durante la Segunda Guerra Mundial, esta urbe —que durante la época de la URSS tenía por nombre Kuibishev— fue sede del teatro Bolshói, que había sido evacuado de Moscú por la amenaza nazi.

En 2018, en Samara se disputaron varios partidos del Mundial de Fútbol. Además, el Teatro Académico Ópera y Ballet de la ciudad, donde trabaja Diego es uno de los más grandes de Rusia. En el marco del festival Máscara de Oro, el teatro trajo su espectáculo La fuente de Bajchisarái a Moscú para actuar en la escena del Bolshói.

"Tuve la oportunidad de bailar en ambos escenarios del teatro Bolshói cuando estudiaba en la Academia. Allí es donde tuve mi primera experiencia teatral en grandes escenarios. Cuando me gradué, me dije a mi mismo: 'Volveré a bailar en este escenario, no como estudiante, como bailarín profesional'. Pero nunca me imaginé que fuese a recibir una nominacion de este tipo. ¡Me pone muy contento!", cuenta Diego a Sputnik.

"Se sintió como volver a casa. Muchos de mis compañeros de clases trabajan en el Bolshói y algunos pudieron venir a apoyarme. Mi profesora de danza de carácter, a quien le tengo mucho cariño, también pudo venir a verme. Fue un pequeño 'viaje al pasado' con una responsabilidad mayor".

Entre bromas y realidad

Su reacción a la nominación estuvo rodeada de mucha emoción, lo que es comprensible: "Casi grito de la emoción. Mira, ¡soy el primer panameño nominado a la Máscara de Oro! Incluso bromeé que bailaré en el festival y terminaré con esto mi carrera, ya no haré nada tan genial como esto", se sinceró en una entrevista con Maskbook, el portal informativo del premio.

Bromas aparte, la oportunidad de bailar en el Bolshói es un sueño para muchos artistas. No obstante, para Diego esta no es la primera vez en este escenario. Al ser preguntado por Sputnik, así describió su experiencia:

"Cuando estudiaba, soñaba trabajar en el teatro Bolshói. ¿Usted se imagina la emoción de poder bailar profesionalmente en el lugar de tus sueños? ¡Por supuesto que es una experiencia super motivadora!".

De hecho, el espectáculo del teatro de Samara —también nominado al mejor ballet— tuvo un éxito increíble en Moscú, y a Diego le llovió un caudal de aplausos del público. Pero ¿en qué piensa el artista cuando se baja el telón?

"No entendía la cantidad de sentimientos encontrados que tenía hasta que me acerqué a mi mentor del teatro de Samara después del espectáculo y comencé (algo enfadado y decepcionado) a autocriticarme y decir que 'esto y lo otro pudo ser mejor'. A lo que él me interrumpe, me da un abrazo y me dice: 'Hiciste todo como debías'. No me pude contener y se me salieron lágrimas de alegría."

El papel que le trajo el reconocimiento

El papel de Nuralí, el valiente guerrero tártaro del ballet La fuente de Bajchisarái, le cambió la vida.

"Nurali es muy simpático, ¡lo adoro! Sus apariciones en el escenario son muy cortas, pero significativas, y siempre son diferentes. Sale y da órdenes, es el más importante en la lucha", explicó Diego a Maskbook.

La historia está basada en el poema del gran escritor ruso Alexandr Pushkin, por lo que esta obra se considera un 'poema coreográfico'. El escenario se ubica en el palacio de Bajchisarái (ubicado en Crimea), donde está la Fuente de las Lágrimas, instalada por el tártaro Kan Guiréi en homenaje a María.

María era una bella dama de una noble familia polaca. Durante su fiesta de cumpleaños, el ejército del Kan Guiréi ataca su casa. Los tártaros, liderados por el guerrero Nuralí, masacran a todos los hombres, incluido al novio de María, Váslav, y esclavizan a todas las mujeres. Pero cuando Guiréi ve a María, de repente se queda hipnotizado por su belleza.

La lleva a su palacio donde le espera su harén y Zarema, la primera y más querida esposa del Kan Guiréi, baila para él. Guiréi se muestra indiferente a sus encantos, por lo que rompe el corazón de Zarema. El Kan anhela el amor de María, pero ella está horrorizada por todo lo que vio.

Por la noche, María es visitada por Zarema, quien tras perder el juicio por los celos, la mata con una daga ante los ojos del Kan Guiréi. Al día siguiente, Guiréi ordena ejecutar a Zarema y cae en el abismo de la depresión. Nuralí y sus guerreros intentan divertir al Kan con sus bailes, pero él no puede soportar el dolor, por lo que manda a instalar la Fuente de las Lágrimas para recordar su amor por María.

Aunque Nuralí no es el personaje principal, es él quien crea la tensa atmósfera de peligro y muestra el carácter implacable de los guerreros tártaros.

"[Nuralí] Es el general en jefe de Guiréi y su perro fiel. Guiréi manda, Nuralí va y lo hace. Nuralí siempre está cerca, dispuesto a hacer todo para complacer a Guiréi. Guiréi está sentado completamente agotado y Nuralí se lo demuestra con su baile: '¡Mira cuántos luchadores tienes, es todo tuyo!' Cada paso que doy tiene un significado", cuenta Diego.

El ballet tiene casi 90 años de historia, desde su estreno en 1934 en el teatro Kirov en Leningrado (actual teatro Mariínski). En las producciones instaladas a través de los años, han participado grandes artistas, como Maya Plisétskaya, quien interpretó a la sensual Zarema. El ballet sigue siendo muy popular hoy en día, atrayendo al público por su exótico vestuario, sus valores universales como el amor y la pasión de los bailarines.

A pesar de tener ecos de la estética soviética, el llamado coreodrama o ballet dramático —emociones vívidas y a menudo exageradas de los personajes, gran cantidad de pantomimas— esta acción teatral es siempre apreciado por todo el público, incluso para los que nunca han visto una obra de ballet, crea un ambiente de fiesta y brinda alegría a la noche de teatro.

"Sin Nuralí, La fuente de Bajchisarái no sería tan dinámico. Nuralí sazona este ballet como la pimienta", concluye.

¿Qué tan inspirador es ser nominado a un premio tan prestigioso y enamorar al público con tu energía? A esta pregunta el propio Diego respondió: "En estos tiempos es complicado hacer planes para el futuro, pero estoy seguro que esta experiencia me ha llenado de más motivación y seguridad de continuar con mi carrera de bailarín".

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