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Es raro ver al expresidente Álvaro Uribe tímido e intrigado. Se preguntaba por qué en esta entrevista no le preguntaríamos por su campaña al senado, sus denuncias contra el oficialismo o sus críticas a problemas fundamentales de la política nacional. Siempre que la prensa lo busca, le hace preguntas relacionadas con asuntos coyunturales. Esta vez responderá sobre su 'toque de Midas' cuando con un solo mensaje logra agitar las redes sociales.
–Es que usted es el líder político más ‘gomoso’ en estos temas de tecnología…–le digo.
–Pero ahora tengo que aprender es otra herramienta…. Twishort… ya la bajamos al celular; es de mensajes directos para las redes sociales...- responde entre risas.
Uribe Vélez se ubica frente a la cámara y antes de comenzar la entrevista mira con intriga los equipos técnicos. Sabe que KienyKe.com tiene un canal de videos y pregunta por la posibilidad de que estemos desde ese momento transmitiendo en vivo por streaming esa entrevista. También cuestiona por los tamaños de videos que podemos subir a nuestras plataformas y los programas técnicos que empleamos para transmisiones en vivo. Habla con total propiedad.
–A mi generación -explica Uribe- la tecnología le llegó tarde. Si hago las cuentas, creo que tuve el primer computador de escritorio a finales de los años 80. Y compré el primer computador personal pequeño, que entonces era grandísimo, en la universidad de Harvard en 1991. Pero para mí ha sido muy difícil, a diferencia de los muchachos de ahora… cuando a uno esta tecnología le llega tarde, uno tiene que hacer un esfuerzo doble.
Por fortuna, confiesa él, ha estado siempre rodeado de jóvenes doctos en el cotidiano ‘cacharrear’ con aparatos y tecnologías. Los primeros a quienes consulta es a sus dos hijos, Jerónimo y Tomás. Cuando no los tiene cerca, indaga con sus asesores que siempre andan conectados, manipulando las novedades digitales y lo acompañan “para arriba y para abajo”. Álvaro Uribe carga una maleta únicamente para guardar un computador portátil, un iPad, dos teléfonos celulares inteligentes con sus respectivos cargadores. “Eso deberían unificarlo todo”, se queja con burla.
–¿Y los maneja ya todos con destreza?–le interrumpo.
–Tengo mucha curiosidad y vivo pidiendo que me ayuden. Yo aprendí a escribir con los padres benedictinos a máquina. Me enseñaron a ‘teclear’ bien con los diez dedos en la vieja máquina de escribir y, por supuesto, sin mirar el teclado. Miraba la hojita a ver cómo salía. En el computador voy escribiendo y miro la pantalla. Pero en el iPad trato de escribir con los dos deditos índice aunque me da mucha dificultad. En el celular más problema me da manejar los dos pulgares.
Hay cierta resistencia de Uribe hacia los Smartphone con pantalla táctil, pero no por ello los deja de lado. “Utilizo la pantallita del teclado viejo en el teléfono (tipo blackberry), porque respondo muchos mensajes. En el computador o en el iPad no tengo ningún problema”.
Adquirió como rutina revisar a diario la prensa nacional, internacional y las lecturas que jamás abandona. Si hiciera una retrospectiva, Internet y la tecnología le han cambiado la vida. “Soy lector de The Economist y hace unos años tenía que esperar a que ésta publicación llegara a Bogotá, y que luego me la mandaran por correo de Bogotá a Medellín. Pero ahora, eso de tenerla en el iPad, y completica, es impresionante. De igual forma, cuando viví en Harvard, para leer un periódico de Colombia tenía que desplazarme un largo trayecto a buscar si había llegado alguno. Ahora están todos en Internet”.
Más tarde, cuando estaba en Colombia preparándose para su aspiración al Congreso en 1991, su principal herramienta de comunicaciones era un fax. “Manejé esa campaña con fax. Desde un apartamentico pequeñito donde vivíamos con mi señora y mis hijos. Y ese fax lo teníamos en el suelo, en la habitación donde dormían mis dos hijitos. Y yo me sentía con el mejor aparato del mundo. Ese fax era como el computador de esa época; lo último que había. (Se ríe) y a los seis meses ya estaba obsoleto”.
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Uribe, versión Twitter
Finalizando su segunda presidencia en 2010, Uribe Vélez cuenta que conoció el Twitter. “Apenas empezamos el último mes (de presidencia) yo lo abrí pero no me ocupé de él más. Ya después de unos meses empecé a dar opiniones ahí. Y me parecía que hacía parte de esta revolución de las comunicaciones que las democratiza”.
El también candidato al senado es el líder político con más seguidores en esta red social en Colombia. Le gana en más de 400 mil ‘followers’ al presidente Juan Manuel Santos, y sobre él en el rankig solo hay artistas como Juanes y Shakira y medios de comunicación nacionales. Uribe está entre las diez cuentas de Twitter con más seguidores del país.
El expresidente Uribe confiesa tener destreza para el manejo del teclado en computador, pero dificultad para usar los teclados en pantallas táctiles.
Cada mensaje que escribe puede ser visto por más de 2 millones 700 mil personas inmediatamente, sin contar aquí que se forme una cadena por retweets. Una declaración suya puede cambiar la agenda noticiosa en un instante y sus textos movilizan tanta opinión que es capaz de generar tendencia nacional. Sobre el poder que puede tener, y la responsabilidad que esto implicaría, Álvaro Uribe se sonroja e intenta aminorar la trascendencia de su influencia. Aunque la niegue, cuando con su dedo presiona la función ‘Twittear’, no es extraño que pueda crear tormentas políticas.
–Usted es de los colombianos más seguidos en Twitter…
–No, no… hay mucha gente… vea a Shakira o a Juanes o cadenas de noticias…
–Sí, pero de personalidades políticas usted encabeza, incluso supera al presidente Santos. ¿Ha dimensionado eso?
–No he pensado en eso. Lo que pasa es que sigo siendo muy directo, y entonces muchos que me criticaban, ahí los veo en Twitter.
–¿Ha tenido algún pasito en falso por Twitter?
–Hay veces que uno se descacha. ¿Quiere que le cuente el peligro del Twitter? Es como tener un revolver montado. Entonces uno muchas veces procede sin toda la reflexión. En la vida hay que tener espacios de reflexión. Los campesinos decían: mientras el hacha va y viene el palo descansa. El presidente (Julio César) Turbay me decía: “Álvaro, no se puede reaccionar al impulso de las impresiones”. El riesgo de estas redes sociales es que le dan a uno la oportunidad y lo incitan a reaccionar a las primeras impresiones. Y eso también lo hace a uno corres riesgos, incurrir en errores e imprudencias. En eso hay que tener mucho cuidado.
–¿Le ha pasado?
–He procedido con toda rapidez, sí. Para muchos he cometido errores, pero los he revisado y no me he arrepentido. He reaccionado así en momentos de grave ofensa.
–Twitter permite eliminar los mensajes. ¿Alguna vez ha eliminado alguno por arrepentirse?
–No. Lo que he eliminado alguna vez fue un error en una digitación. Y otra vez que retiré algo que no se debía ‘retwittear’. Por proceder con rapidez, hace poco hice un bloqueo accidental y me llamaron a decirme que había bloqueado a fulano de tal, que porqué… lo corregimos.
–Solo equivocaciones superficiales…
–De pronto cometí un error de ortografía o me quedó mal la sintaxis. Entonces procuro quitarlo y corregirlo. Le digo a la juventud que pongan mucho cuidado en la ortografía, en la sintaxis. Y me preocupa mucho cuando en algunas palabras el teléfono no me da la opción de la tilde. La semana pasada mandé unos mensajes en Twitter desde el Alto Sinú. Y el teléfono no me daba la opción de marcarle el acento a la “u”. Lo tuve que mandar así con mucha preocupación. Eso no me pasa con el iPad o el computador.
–¿Maneja también otras redes como Facebook o Instagram?
–Mi Twitter está conectado con el Facebook. Yo tuve que decirle a los que me escribían por el Facebook que no lo hicieran más porque no alcanzaba a responderles. Además recibo muchos correos. Hoy tengo un atraso de mil correos electrónicos. No sé a qué hora los voy a contestar, y no es por pereza, sino porque tengo una agenda muy intensa. Por eso no pude mantener la comunicación de Facebook. Y no manejo Instagram. Algunas personas (asesores) seleccionan algunas fotos que subimos al Instagram. Yo las tomo. Yo tomo fotos y nunca pensé que fuera a ser fotógrafo, porque además no tengo esas habilidades. Pero de pronto en el campo, en un paisaje bonito, tomo una foto. O en una manifestación.
En Twitter, explica Uribe, se dedica a diario (si puede) a reproducir noticias, artículos que le hayan llamado la atención así sean de prensa extranjera, artículos de opinión, indicadores económicos y sus propias opiniones. Y, desde luego, una que otra puya contra sus adversarios políticos.
Es casi una ceremonia diaria. A la madrugada se despierta, toma su iPad o computador y revisa las noticias del día. Va desde ese momento preparando su trino matutino. “Hoy, por ejemplo, vi las noticias a las cinco de la mañana y puse un tweet sobre el problema de los aviones de fumigación. Lo publiqué antecitos de las seis. Pero desde entonces no he podido revisarlo más por tantas reuniones”. El expresidente confiesa que cuando tiene oportunidad de llegar a casa no muy tarde a descansar, no evita la tentación de coger sus dispositivos móviles y revisa algún tema para comentar a través de Twitter.
–Y tengo un problema -revela-, y es que antes yo madrugaba siempre a hacer yoga y hacer deporte. Pero hay muchas veces ya que en la madrugada, por estar leyendo para enviar un Twitter, dejo de hacer deportes.
Uribe tiene un precepto para el manejo de sus redes sociales que incluso a él le ha costado aplicar: No reaccionar a las primeras impresiones.
Uribe detalla cómo ‘cambió de chip’ para dejar de lado el tradicional y extenso comunicado o evitar convocar a ruedas de prensa, para ahora informar a la opinión con mensajes de máximo 140 caracteres. “La prosa larga exige preocuparse por tener un lenguaje puro, un purismo en el manejo del idioma. Pero la prosa corta permite ser más concreto. Yo hice un postgrado en administración y gerencia en Harvard. Una de las materias que recuerdo con entusiasmo se llamaba comunicaciones. Cuando presentaba yo los primeros ensayos, creí que había presentado una maravilla y me los devolvían, por lo extensos. Escribir en inglés ayuda a ser muy concreto, y ese profesor me corrigió muchísimo. Me dio mucho palo, para que mis textos fueran más cortos. El Twitter ayuda a eso. Cuando uno pasa ahora del Twitter a escribir una carta o un discurso o alguna cosa, va con un entrenamiento para hacer frases concretas".
–¿Le ha costado acomodar ideas en frases cortas? ¿Usted domina varios trucos sobre contracciones en textos?
–Me toca quitar muchos artículos. “El, la, lo”, los quito muchas veces. Otras veces junto dos palabras y las diferencio por una mayúscula. Por ejemplo esta mañana puse juntas ‘ReformaConstitucional’. Y después de un punto seguido quito el espacio entre el punto y la palabra que sigue, para ir acomodando eso a 140 caracteres. Hay que hacer muchos esfuerzos.
–¿Y cuando tiene mucho que decir?...
–Otra estrategia es dividir el Twitter en ideas separadas. Es más fácil de leer y de comprender.
–¿Como un listado?
–Claro. Es muy importante mandarlos en serie. El 7 de agosto mandé una serie de 89 observaciones al gobierno del presidente Santos. Uno puede utilizar bien las series sobre un tema, con dos o tres o cuatro o los mensajes que sean. Tratar de llevarlo en un orden, de tal manera que el lector, cuando lea el Twitter uno, se imagen qué podría ir en el Twitter dos, y a si sigue la cadena.
–Uno de los principios de Twitter es ‘sigue lo que te interesa’… ¿A quiénes sigue usted?
–Sigo como a setecientos. Amigos que me piden que los siga, yo los sigo. Pero creo que soy un mal seguidor, porque como llegan tantos mensajes no los alcanzo a ver. Cuántas cosas habrán escrito y ni las he visto.
–¿Seguiría a críticos suyos y que usted también critica, como Juan Manuel Santos, Nicolás Maduro, Rafael Correa, Gustavo Petro…?
–Yo sigo personas con quienes tenga discrepancias cuando creo en ellas.
–¿Revisa usted las cientos de interacciones que podría tener usted a diario?
–No alcanzo. Son miles. Y no me gusta. Hay unos positivos, pero hay otros que me insultan mucho. Me da miedo que me saquen la piedra, y usted sabe que a mí no me la tienen que sacar, porque ya la tengo afuera, -vuelve a reír y continúa-. Entonces, en razón de conocerme a mí mismo, evito esa tentación. Y muchas veces también me dicen que me mandaron por notificación por un mensaje, y les digo que no me escriban por ahí, porque además me llegan centenares y no alcanzo.
–Pero hemos visto que interactúa ocasionalmente con sus seguidores…
–Las conversaciones con ciudadanos ayudan mucho. A mí me informan mucho los ciudadanos.
Me dicen que pasa tal cosa en tal parte. Si es una persona que me parece seria, le pregunto y le pregunto, y me pide que le publique el Twitter y lo hago. A muy distintas horas, pero generalmente examino muchos temas en la madrugada.
–Sabemos que usted también conversa mucho por WhatsApp y correos…
–A mí me escriben mucho y yo escribo mucho por el chat de BlackBerry y por WhatsApp. Y tengo dos correos.
–¿Y sorprendió hace unos años cuando empezó a usar con frecuencia el Skype?
Eso es muy fácil. Yo me pongo frente al computador y le pongo dos libros para que quede a mi altura. O pongo paradito el iPad. Una vez me tocó dar una respuesta a un tema delicado y estaba en el aeropuerto de Santiago de Chile. Les dije que me esperaran para conectarme a Wi-Fi y la encontré rápido. Funcionó el iPad a las mil maravillas. También ha habido conferencias que he dictado así. Hace poco dicté una a un auditorio, pero había interferencia en el Wi-Fi, así que quité yo la pantalla con la que los veía; así que ellos me veían y yo no los veía, pero me tocó imaginar que le hablaba a una multitud. Yo solo veía el lente, el ojito del iPad.
–¿Le ‘cacharrera’ mucho a los aparatos de tecnología?
–No mucho porque consume mucho tiempo. Muchos trasnochos de mi vida han sido aprendiendo a manejar alguna cosa muy simple en un computador. Y me da tanta tristeza. Los muchachos de ahora cómo manejan eso de fácil, y en cambio yo todas las horas que he tenido que gastar a esto…
–¿Está leyendo libros digitales o sigue con los de papel?
–Estoy leyendo un libro en inglés sobre la evolución de la violencia y ese lo leo en versión digital. Y también la nueva novela de Vargas Llosa (El héroe discreto), pero en papel y lo cargo en la maleta. Es pesado pero ando con él. Yo, leyendo en español o en inglés, en el iPad o computador tenfo diccionario. Pero tengo una queja a la Real Academia Española. Mientras todos los diccionarios de inglés, de alemán… se pueden descargar, el de la RAE no lo pude bajar. Entonces tengo que estar en Internet para entrar al diccionario. Es una crítica a la RAE y les voy a escribir.
El expresidente de Colombia vuelve a sonrojarse cuando se le pregunta si compartiría las claves de su éxito en las redes sociales con sus más cercanos amigos políticos, como sus compañeros de lista al Senado o el candidato presidencial Óscar Iván Zuluaga. “A o Óscar Iván me da pena, porque es el candidato presidencial y un ministro tan importante… me da pena. Y tuve la oportunidad de darle un consejo del alma a Francisco Santos. Lo acababa de insultar por Twitter el presidente Santos y Francisco estaba sumamente exaltado y le dije: no le conteste. No piense en el presidente Santos que le ha insultado, sino en la opinión pública. A los jóvenes que les narro mis experiencias le digo: "muchas veces en el tema político no pueden pensar que le están contestando a un comunicador o a una red social, sino que le están dirigiendo un mensaje a la opinión pública".
Uribe Vélez asegura ser quien personalmente maneja sus propias redes, pues es de recordar que varios políticos en el mundo cuentan con sus propios community manager.
–¿Y cuál consejo convertiría en mandamiento para el correcto manejo de las redes?
–Pero muchas veces yo no lo aplico-dice y vuelve a reír-.
–Entonces un consejo que le gustaría aplicar…
–No reaccionar siempre al impulso de las primeras impresiones. Y el Twitter puede ayudar a ser formador de opinión, informador, noticioso, medio para opinar, para defenderse.
–Si llega al Senado, ¿seguirá ‘chiviándonos’ por Twitter?
–Me da miedo eso.
–¿Entonces abandonará Twitter?
–En la vida todo va decayendo; uno no sabe en qué momento. Por lo pronto, mientras Dios me dé energía, estamos en esta batalla.
-¿Y cuándo le dirá a doña Lina Moreno que abra Twitter? Quizá sean mensajes menos políticos...
Yo creo que algo le cuentan, y cuando le van a contar le da miedo y dice: "¡no me cuente!" Ella ha sufrido mucho con muchos de mis mensajes en Twitter. Ella es muy inteligente y escribe muy bien… Pero no sé si la invitaría. Eso es duro. Hay que tener carnadura de hierro. A mí me ha tocado así y por eso me abstengo de ver muchas notificaciones. Inclusive reacciones, porque además muchos responden mis mensajes y reaccionan ofensivamente. Eso no es fácil.
Twitter: @david_baracaldo
Álvaro Uribe y su debilidad por la tecnología
Vie, 20/12/2013 - 08:31
Twitter: @david_baracaldo
Es raro ver al expresidente Álvaro Uribe tímido e intrigado. Se preguntaba por qué en esta entrevista
Es raro ver al expresidente Álvaro Uribe tímido e intrigado. Se preguntaba por qué en esta entrevista