La reforma tributaria (o ley de financiamiento) con la que el Gobierno buscaba recaudar 16,3 billones de pesos para el Presupuesto de 2026 quedó prácticamente en el limbo. En la Comisión Tercera del Senado, el conservador Efraín Cepeda radicó una ponencia de archivo respaldada por diez senadores, mientras que en la Comisión Tercera de la Cámara la representante verde Katherine Miranda también presentó una ponencia negativa.
En la práctica, estas mayorías hacen que el proyecto esté “virtualmente hundido”, a pocos días de que se venza el plazo para aprobarlo en el Congreso.
¿Qué buscaba esta reforma?
La iniciativa es la más reciente versión de la ley de financiamiento del Gobierno Petro. Originalmente se había planteado recaudar 26,3 billones de pesos, pero durante la discusión del Presupuesto General de la Nación la meta se redujo a 16,3 billones, manteniendo la idea de cerrar el faltante de recursos para 2026.
A diferencia de reformas anteriores centradas en renta de empresas y personas naturales, esta apuesta se concentraba sobre todo en impuestos al consumo, con medidas como:
- Aumentos a impuestos sobre alcohol y cigarrillos, con una meta de recaudo de más de 4 billones.
- Gravámenes a juegos en línea y apuestas virtuales.
- Ajustes a impuestos a vehículos híbridos y otros bienes.
- Revisión parcial de beneficios tributarios e impuestos ambientales.
En el camino, el Gobierno ya había retirado algunos puntos especialmente sensibles, como el impuesto a la gasolina y el aumento fuerte al impuesto a la cerveza, para tratar de destrabar el debate.
¿Quiénes están impulsando el archivo?
En el Senado, la ponencia de archivo la encabeza Efraín Cepeda (Partido Conservador) y está firmada por senadores de varias bancadas: conservadores, liberales, La U, Cambio Radical, Centro Democrático y la ASI. Entre ellos están Juan Pablo Gallo, Karina Espinosa y Mauricio Gómez Amín (Partido Liberal); Liliana Bitar y Efraín Cepeda (Conservador); Juan Carlos Garcés (La U); Antonio Zabaraín (Cambio Radical); y Ciro Ramírez y María Angélica Guerra (Centro Democrático); y Jairo Castellanos (ASI).
En la Cámara, la representante Katherine Miranda radicó otra ponencia de archivo argumentando que “Colombia no aguanta más impuestos” y que la carga recae sobre sectores que ya vienen golpeados por la inflación y la desaceleración económica.
Con estos movimientos, el archivo de la reforma gana fuerza en las comisiones económicas, que son el primer filtro obligatorio de cualquier proyecto tributario.
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La respuesta del Gobierno: deuda y programas sociales
Desde el Ejecutivo, la reacción fue directa. El ministro del Interior, Armando Benedetti, advirtió que hundir la reforma aumenta el “riesgo y la desconfianza” sobre el pago de la deuda externa, porque la ley de financiamiento es el respaldo con el que el Gobierno contaba para garantizar esos pagos en 2026. También señaló que se ponen en riesgo programas sociales dirigidos a la población más pobre.
En paralelo, el Ministerio de Hacienda ha defendido que la reforma es necesaria para cerrar el déficit fiscal, después de que el Congreso aprobara un presupuesto de 2026 por 546,9 billones, sin que esté del todo resuelto cómo se financiará esa cifra.
¿Qué está en juego?
Más allá del pulso político entre Gobierno y oposición, hay al menos tres lecturas clave:
- Financiación del Presupuesto 2026
El Presupuesto ya está aprobado, pero la reforma tributaria es la pieza que debía completar la financiación. Si se archiva, el Gobierno tendrá que buscar alternativas: más deuda, recortes de gasto o un nuevo proyecto, en un Congreso que ya mostró resistencias.
- Clima tributario y cansancio ciudadano
Los argumentos de los ponentes de archivo se apoyan en la idea de que los hogares y las empresas no soportan nuevos impuestos, especialmente los ligados al consumo de bienes cotidianos o masivos. Ese clima hace más difícil tramitar una reforma de este tipo a final de gobierno.
- Relación del Gobierno con las mayorías legislativas
El hecho de que la ponencia negativa esté respaldada por senadores de casi todos los partidos tradicionales muestra que, en materia fiscal, el Gobierno no logró consolidar una mayoría estable. Esto puede anticipar un cierre de periodo con menor margen para reformas estructurales.
En síntesis, la ponencia de archivo liderada por Cepeda en el Senado y por Miranda en la Cámara no solo deja a la reforma tributaria al borde del hundimiento, sino que abre un interrogante mayor: cómo se va a financiar el presupuesto del próximo año en un contexto de desconfianza frente a nuevos impuestos y de creciente presión sobre la sostenibilidad fiscal del país.
