El nuevo dorado: el oro ilegal, la mina oculta del crimen en Colombia

Vie, 07/03/2025 - 09:19
Mientras el mundo sigue obsesionado con el narcotráfico, en Colombia se ha consolidado un negocio aún más rentable y peligroso: el tráfico de oro ilegal.
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Mientras el mundo sigue obsesionado con el narcotráfico, en Colombia se ha consolidado un negocio aún más rentable y peligroso: el tráfico de oro ilegal. En la sombra del conflicto armado, las disidencias de las FARC, el ELN y redes criminales han encontrado en la minería ilegal su nueva fuente de financiamiento, superando incluso a la cocaína. Lo más preocupante: gran parte de este oro termina en los mercados internacionales como si fuera legal, con destino a bancos, joyerías y empresas tecnológicas que no verifican su origen.

Hoy, en Radar K, revelamos cómo el oro sucio financia el crimen en Colombia, las conexiones con grandes compradores internacionales y por qué el gobierno sigue perdiendo esta batalla.

1. El negocio en números: ¿de qué tamaño es el tráfico de oro ilegal en Colombia?
    •    El 70% del oro extraído en el país es ilegal, según datos del Ministerio de Minas y el Banco de la República.
    •    En 2023, Colombia produjo oficialmente 61 toneladas de oro, pero las cifras reales podrían ser mucho mayores debido al contrabando.
    •    Las ganancias del oro ilegal superan los 2.000 millones de dólares al año, una cifra que rivaliza con el narcotráfico.
    •    Las regiones más afectadas: Antioquia, Chocó, Nariño, Cauca, Bolívar y Guainía, donde grupos criminales controlan la extracción y el comercio.

2. ¿Quién está detrás? El nuevo cartel del oro

A diferencia de la cocaína, que requiere laboratorios, rutas de exportación y distribución en mercados extranjeros, el oro ilegal se mueve con menos restricciones y con mayor facilidad de blanqueo. Los actores detrás de este negocio son una mezcla de viejos y nuevos jugadores del crimen en Colombia:
    •    Disidencias de las FARC y ELN: Han encontrado en la minería ilegal un ingreso más seguro que el narcotráfico, con menos riesgos de interdicción.
    •    Grupos narcotraficantes: Ahora diversifican sus operaciones controlando minas ilegales y cobrando “impuestos” a pequeños mineros.
    •    Empresas fachada y comercializadoras de oro: Algunas compañías registradas legalmente se encargan de lavar el oro ilegal y venderlo en mercados internacionales.
    •    Bancos y refinerías internacionales: Países como Suiza, Emiratos Árabes y EE.UU. reciben toneladas de oro colombiano sin verificar su origen, permitiendo que el oro sucio se mezcle con el legal.

3. La tragedia ambiental: un ecocidio en marcha

El oro ilegal no solo financia el crimen, sino que está destruyendo ecosistemas enteros. Los métodos utilizados por los mineros ilegales, como el uso indiscriminado de mercurio y cianuro, están contaminando ríos y suelos, afectando directamente a comunidades indígenas y campesinas.
    •    Más de 500 toneladas de mercurio al año se vierten en fuentes hídricas, dejando un impacto irreversible.
    •    Las zonas más afectadas son la Amazonía, el Chocó y los parques naturales en la región Andina.
    •    Comunidades indígenas desplazadas: En regiones como el Bajo Cauca antioqueño y el Chocó, la minería ilegal ha expulsado a poblaciones enteras, generando crisis humanitarias invisibilizadas.

4. ¿Qué hace (o no hace) el gobierno?

Mientras se siguen anunciando operativos y estrategias contra la minería ilegal, los resultados son casi nulos. La minería ilegal se expande sin control, con operativos esporádicos que rara vez afectan a los grandes jugadores.
    •    El Plan Nacional de Formalización Minera es un fracaso. Pocos mineros han podido legalizar su actividad, mientras el oro ilegal sigue fluyendo.
    •    Las operaciones militares destruyen maquinaria, pero no tocan a los verdaderos responsables. La falta de seguimiento a los dueños de minas y comercializadoras permite que el negocio siga activo.
    •    El control en la exportación de oro es débil. A pesar de los intentos de regular el mercado, el oro ilegal sigue llegando a bancos y refinerías en el exterior sin ser detectado.

5. ¿Cómo el oro ilegal llega a nuestros bolsillos?

El gran problema del tráfico de oro es que, a diferencia de la cocaína, su trazabilidad es casi imposible de rastrear. Gran parte del oro extraído ilegalmente termina en productos que usamos todos los días:
    •    Bancos y reservas de oro: Gran parte del oro sucio termina en las bóvedas de bancos internacionales que lo compran sin verificar su origen.
    •    Joyerías y relojes de lujo: Grandes marcas compran oro sin saber si proviene de minería ilegal en Colombia.
    •    Dispositivos electrónicos: Empresas tecnológicas utilizan oro en la fabricación de teléfonos, computadores y otros dispositivos sin certificar su procedencia.

El oro es el nuevo motor del crimen en Colombia

Mientras el gobierno sigue enfrascado en la lucha contra las drogas, el negocio del oro ilegal sigue creciendo. Las estructuras criminales han encontrado en el oro una fuente de ingresos más rentable, con menos riesgos y con una red de lavado más eficiente.

El verdadero reto para Colombia no es solo frenar la minería ilegal, sino atacar las redes internacionales que blanquean el oro. Sin controles efectivos sobre el comercio global, el oro sucio de Colombia seguirá financiando grupos criminales, destruyendo el medio ambiente y afectando comunidades enteras.

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