Una investigación de la firma Hindenburg, compradora en corto de la bolsa y dedicada a investigar y generar informes públicos sobre presuntos fraudes corporativos y malversación de fondos de distintas compañías (para luego beneficiarse), tiene por ahora en jaque a la colombiana Tecnoglass, de los barranquilleros José y Christian Daes. Entre otras cosas, el documento vincularía a los hermanos con el extinto Cartel de Cali y reflejaría algunas irregularidades en las finanzas de su empresa.
“Nuestra investigación de meses ha incluido la revisión de registros judiciales de EE. UU. Y Colombia, presentaciones de valores, registros corporativos, registros de propiedad, registros de exportación e informes de los medios de comunicación que se remontan a décadas. Hemos identificado serias señales de alerta con respecto a la administración y numerosas transacciones con partes relacionadas no reveladas que ponen en duda los resultados financieros informados por la compañía”, señala el texto de Hindenburg.
Posiblemente lo más delicado de la investigación son las supuestas pruebas que relacionarían a los hermanos Daes como “como ‘gerentes y operadores’ del Cartel de Cali”, revelando que en 1996 fiscales de Estados Unidos presentaron cargos (ya desestimados) por presunto “contrabando de armas y más de 200 toneladas de cocaína” y hasta lavado de dinero. En esa misma línea se aseguró que José Daes, director general de Tecnoglass, incluso llegó a ser declarado prófugo.
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“En 1999, el actual director ejecutivo de Tecnoglass, José Daes, fue encarcelado en Colombia por acusaciones separadas de enriquecimiento ilícito después de que los fiscales encontraron cheques pagados a una subsidiaria de Tecnoglass por empresas fachada controladas por el jefe del cartel de Cali”, agrega, señalando que todos los cargos contra los empresarios fueron desestimados.
Por su parte, el empresario Christian Daes, señaló en su Twitter: “Siempre el sol vuelve y brilla. Siempre. Te tratan de enterrar pero no pueden. Ese es el mundo en que vivimos Pero ahí siempre está el de arriba”. Además, aseguró que todo lo que se dice en el texto de Hindenburg son mentiras y que su empresa saldrá adelante dando “clases empresariales” a sus contradictores.
Luego de revelarse la información, la cotización de Tecnoglass Inc. en Nasdaq cayó de 33.70 dólares el miércoles 8 de diciembre, a poco más de 20 dólares en la apertura del jueves. Para el final de la jornada la situación no fue diferente, ya que cerró con un valor de 21.56 dólares por acción, lo que significa una caída del 33,95% de su valor. Un golpe del que también han sido víctimas empresas como la productora de camiones eléctricos Nikola, de la que Hindenburg también hizo una investigación en el pasado.
¿Qué más dice la investigación sobre los hermanos Daes?
Tras hacer referencia a un supuesto intento de asesinato que sufrió el empresario José Daes en 2004 por parte de un “caudillo paramilitar”, Hindenburg señala que un cartel sucesor tras la caída del Cartel de Cali apareció como accionista temprano y relevante de Tecnoglass y que, además, “seguían siendo accionistas en 2020”.
Ahora bien, la investigación también es bastante fuerte en lo que respecta a las finanzas de Tecnoglass. En un primer dato, señalan que entre 2012 y 2013 “el director ejecutivo y director de operaciones de Tecnoglass fue objeto de escrutinio por parte de los reguladores colombianos por acusaciones de que establecieron 359 entidades ficticias corporativas como parte de un plan para manipular las elecciones de la Cámara de Comercio local”.
De igual manera, aseguran que en 2013 auditores señalaron que Tecnoglass tenía “debilidades materiales relacionadas con la identificación y conciliación de transacciones con partes relacionadas” cuando ésta salió a la bolsa. De igual manera, acusó a los hermanos de no revelar vínculos familiares en varias compras de compañías, algunas de las cuales no evidenciarían señales de operación.
“Sospechamos firmemente que Tecnoglass ha falsificado una parte significativa de sus ingresos. La compañía siempre ha tenido dificultades para recaudar ingresos”, asevera el texto, registrando como prueba varias negociaciones con subsidiarias y compañías que serían propiedad de familiares de los dirigentes (relaciones que al parecer no estarían debidamente acreditadas).
Queda esperar entonces en qué se desenvuelve todo esto y cuál será la respuesta de Tecnoglass ante este ataque, frente al que al parecer solo le queda presentar pruebas que contradigan lo afirmado (ya que sin lugar a dudas la investigación de Hinderburg no es ningún documento fiscal o de autoridad oficial). Igualmente, gran incertidumbre genera el efecto que pueda seguir teniendo este episodio sobre el precio de la acción de la empresa barranquillera, que hasta el día de hoy sigue siendo ‘de las de mostrar’ en el país.