El pasado 9 de febrero los colombianos celebraron el Día del Periodista, una fecha en la que se conmemora la fundación del primer periódico en Bogotá, Papel Periódico de la Ciudad de Santafé de Bogotá, en 1791. Mucha agua ha corrido desde ese momento. Mucha en el país, mucha en el periodismo. Mucha en el papel, mucha en Twitter.
Los medios de comunicación, desde esa época, han sido responsables de informar y generar opinión entre la ciudadanía sobre temas tan trascendentales como el modelo político tras el grito de independencia (vea La Bagatela), el tumbo de la Nación tras la Batalla del Puente de Boyacá (Vea Correo del Orinoco), las guerras de los siglos XIX y XX (vea Gaceta Republicana), la lucha contra el terrorismo (Vea Así informó La FM el ataque a las Torres Gemelas) y el proceso de paz en Colombia.
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En estos tiempos grandes periodistas han sido los encargados de relatarle al país los hechos más importantes en Colombia y el mundo, abriendo con sus plumas y micrófonos, la mente de los colombianos, generando opinión para el fortalecimiento de la democracia y la cultura colombiana.
No se puede pensar en periodismo colombiano sin pensar en Alberto Lleras Camargo, Gabriel García Márquez, Eduardo Santos, Guillermo Cano o Alfonso López Michelsen —"Cuando López habla pone a pensar al país"—, por nombrar a algunos de los que ya no están con nosotros.
El tiempo pasó y el afán propio de la vida en las urbes llegó a los medios, dejando atrás el aire de reflexión sobre la información que se le daba a los ciudadanos. Se puede culpar a las redes sociales, pero la tecnología no quiebra la ética, los hombres y mujeres sí.
Dos hechos periodísticos marcaron la mitad de la semana de la celebración del Día del Periodista este 2020. La discusión al aire entre la periodista Vicky Dávila y el alto consejero para las Comunicaciones de la Presidencia, Hassan Nassar, también periodista y exdirector de medios de comunicación.
Dávila y Nassar se convirtieron en protagonistas de la noticia, dejando a un lado la información que requería la opinión pública. Los insultos de Vicky Dávila colmaron de comentarios las redes sociales, volviendo un meme el periodismo.
https://twitter.com/ZuluagaCamila/status/1227568200000376834
https://twitter.com/EspinosaRadio/status/1227537297358364672
No hubo análisis sobre los hechos que aquejan al país, el problema de la justicia, la inseguridad, la corrupción o el medio ambiente. En su lugar, el periodista se hizo celebridad y portada de la agenda.
https://twitter.com/osovillada/status/1227600537287352322
El mismo 11 de febrero, fue Daniel Samper Ospina el protagonista de otro escándalo para los comunicadores en Colombia. En un intento de su usual irreverencia trinó (sin autorización) una fotografía de la familia presidencial, incluidos tres menores de edad, para sentar su posición sobre el Gobierno Duque. Trino que KienyKe.com se abstiene de publicar por su contenido.
Samper Ospina olvidó proteger a los niños y niñas en Colombia. Olvidó los límites y fundamentos del periodismo. Y aunque borró la publicación, quedaron los comentarios de burla y rechazo, que no se van de la memoria colectiva.
Para algunos el periodismo se volvió una guerra por clics, por el alcance en las redes sociales del periodista, por el protagonismo en detrimento de la información. No como en los tiempos en los que parecía tanques de pensamiento.
Para analizar este fenómeno, KienyKe.com organizará un Radar en video el próximo viernes 14 de febrero, en el que con la academia veremos con lupa el estado del periodismo en el país.
Para algunos el periodismo se volvió una guerra por clics, por el alcance en las redes sociales del periodista, por el protagonismo en detrimento de la información. No como en los tiempos en los que parecía tanques de pensamiento.
Para analizar este fenómeno, KienyKe.com organizará un Radar en video el próximo viernes 14 de febrero, en el que con la academia veremos con lupa el estado del periodismo en el país.
