
La ciudad de Cali, tercera urbe más poblada de Colombia, amaneció este miércoles en medio de estrictas medidas de seguridad, un ambiente de tensión palpable y el impacto psicológico tras los ataques terroristas ocurridos el pasado martes 10 de junio.
Tres explosiones provocadas por motocicletas bomba dejaron dos personas muertas y al menos 42 heridas, en una jornada violenta que sacudió no solo a la capital del Valle del Cauca, sino a buena parte del suroccidente del país.
Comercio cerrado y ley seca en Cali
En respuesta inmediata a los atentados, la Alcaldía de Cali decretó el cierre total de establecimientos comerciales desde las 9:00 p.m. del martes hasta las 6:00 a.m. de este miércoles. Además, se impuso una ley seca que estará vigente hasta la medianoche del jueves, como parte de un paquete de medidas para preservar el orden público y facilitar la labor de las autoridades.
El alcalde Alejandro Eder aseguró que estas decisiones buscan "garantizar la seguridad de los caleños y evitar nuevos hechos que lamentar". En la noche del martes también llegaron 100 nuevos agentes de policía que fueron desplegados en diferentes sectores de la ciudad como parte del plan de reforzamiento de la seguridad.
Ola de violencia en el suroccidente colombiano
Lo sucedido en Cali no fue un hecho aislado. Según reportes de la Policía Nacional, en total se registraron 24 ataques coordinados en el suroccidente del país. De estos, 21 ocurrieron en municipios de los departamentos del Cauca y Valle del Cauca, sumando ocho víctimas fatales. Las autoridades atribuyen esta escalada violenta a las disidencias de las FARC comandadas por alias 'Iván Mordisco'.
Estos actos terroristas han encendido las alarmas sobre la capacidad operativa de estos grupos ilegales y su creciente presencia en zonas como Jamundí, donde también se reportaron explosiones y víctimas mortales. "No puede ser que en Jamundí los delincuentes tengan sembradas 2.000 hectáreas de coca y estén allí tan campantes", denunció Eder.
Medidas extraordinarias: refuerzo policial, hospitales en alerta y recompensa millonaria
Frente a esta situación crítica, tanto la Gobernación del Valle del Cauca como la Alcaldía de Cali convocaron un consejo de seguridad extraordinario para analizar la coyuntura. Este encuentro cuenta con la presencia del presidente Gustavo Petro, quien también participará hoy en una manifestación de apoyo a su polémica propuesta de reforma laboral, que fue recientemente rechazada en el Senado.
Entre las medidas adoptadas, se destacan:
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Refuerzo del patrullaje policial en zonas críticas de Cali.
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Activación de la alerta naranja en toda la red hospitalaria del departamento.
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Ofrecimiento de una recompensa de hasta 600 millones de pesos colombianos (aproximadamente USD $143.300) por información que permita capturar a los responsables de los atentados.
Llamado al Gobierno Nacional
El alcalde Alejandro Eder hizo un fuerte llamado al Gobierno Nacional para que actúe con contundencia frente a las disidencias armadas. "La situación de violencia y orden público que padecimos en Cali está ligada a la situación de orden público que vive toda Colombia", enfatizó el mandatario local.
Este episodio violento ha puesto nuevamente sobre la mesa la urgencia de fortalecer la seguridad en regiones vulnerables, así como la necesidad de una estrategia nacional coherente y sostenida para enfrentar a los grupos armados ilegales.
Mientras los caleños intentan retomar su rutina, el ambiente es de miedo y desconfianza. Muchos comercios abrieron sus puertas con cautela, y el transporte público opera con presencia reforzada de la Policía. La ciudadanía, por su parte, exige respuestas claras y acciones concretas que garanticen su derecho fundamental a la seguridad.