Las virosis afectan la salud de cualquier persona, pero los más propensos a padecerlas son los niños. En ocasiones pueden ser controladas o mortales. Una de las afecciones más comunes es la infección respiratoria aguda (IRA) y mata aproximadamente a dos millones de niños en todo el mundo.
Esta infección se ubica entre las tres principales causas de defunción en menores de cinco años y es más sencillo detectarlo entre los meses de abril a julio. Entre los cuadros más contagiosos se encuentra la amigdalitis con un 70%, seguida de la bronquitis con un 50%.
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Algunos síntomas a identificar en el menor son el dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares, tos acompañada con enrojecimiento de los ojos, dificultad para respirar o erupciones en la piel.
Sin embargo, si la condición del menor empeora en las primeros dos semanas, pero si ve que el niño tiene fiebre, dificultad para respirar y una tos aguda, es necesario que acuda de inmediato al médico.
Es vital saber que de no ser bien manejadas las manifestaciones de esta afección pueden conducir a la muerte. Por ello, es importante que las personas a cargo del menor se inquieten ante cualquier inconveniente que pueda afectar la salud de su pequeño.
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Cabe aclarar que cuando hay secreciones nasales mesuradas se ayuda a que las vías respiratorias queden libres y despejadas, por ende se expulsan los gérmenes que ingresan a esa área.
Lo recomendable por los expertos es que para evitar complicaciones adicionales, respecto a las infecciones respiratorias agudas, es que se le suministre a los niños medicamentos como los expectorantes los cuales tienen componentes antiinflamatorios. Lo ideal es que sea de origen natural, para que la expulsión sea de manera sencilla.
Tomar precauciones como hacer un lavado de manos adecuado después de cada comida, llevar bufanda para que se pueda cubrir la nariz, boca y oídos es elemental para que los niños no se vean afectados por las bajas temperaturas.
Otra recomendación es que si el niño está expuesto ante una persona que tenga el virus, será necesario alejarlo de ese ambiente y evitar que sea saludado de beso o que se le dé la mano.
