Su clase siempre está llena. Los alumnos se disputan un buen espacio en el suelo, cerca de él, para tender sus yoga mat. Debido a su éxito, The New York Times bautizó a Vinnie Marino "El rey de yoga de Los Ángeles". Lea también: De narco a pordiosero.
Entre sus alumnos, que suman centenares de hombres y mujeres, hay actores, políticos, músicos y empresarios, que con sus pintas deportivas y sin maquillaje se confunden entre todos los demás.
No son clases para todo el mundo, dicen sus alumnos. Para aguantar una sesión dictada por el profesor de yoga Vinnie Marino hay que tener un altísimo grado de resistencia física y un nivel superior de concentración y experiencia. Lea también: El eterno alcalde de Washington era un drogadicto.
Los principiantes, o quienes no practican el yoga con frecuencia, no se ajustan a su exigente estilo. Muchos han desertado porque no aguantan la exigencia del profesor Marino.
Dicen que parece más una extenuante jornada de aeróbicos que una sesión de yoga. Pese a ello, sus alumnos son fieles a las maratónicas rutinas. Lea también: Las enfermedades que avergüenzan a los famosos.
Marino le dicta clases, entre otros, a Kate Hudson, David Duchovny, Jeremy Piven y Adrien Brody, según lo menciona el medio neoyorquino. También es profesor privado de Charlize Theron y de Robert Downy jr., el actor que encarna al superhéroe Iron Man.
Vinnie Marino nació en New York hace 50 años. Aunque conoció y se enamoró del yoga desde adolescente, cuando lo vio practicar en un canal de televisión, para luego tomarlo como su clase de gimnasia en la escuela, hubo un lapso de tiempo en el que el alcohol, las drogas y el libertinaje lo separaron de la disciplina, que hasta esa época era un pasatiempo.
Vinnie Marino es el profesor privado de yoga del actor Robert Downy jr., quien le da vida al superhéroe Ironman.
Durante 13 años, en la época de los 70, fue hippie, mechudo y consumió cocaína, heroína, píldoras, marihuana y demasiado licor. Fue una época negra, en la que las drogas se apoderaron de él y se sumió en el vicio, como él mismo lo dice en las diferentes entrevistas que ha concedido. Pero utiliza constantemente su experiencia como ejemplo para sus alumnos y en conferencias que expone.
Después de que en 1985 salió victorioso de un programa de desintoxicación y rehabilitación, retomó la práctica del yoga y tomó cursos avanzados. Pero su vida, aunque estaba tomando un rumbo sano y de sobriedad, no tenía un horizonte claro.
No sabía qué hacer. Hasta que un día una amiga y profesora de yoga de un gimnasio le pidió el favor de remplazarla en una de sus clases. Aunque, según lo dice, no estaba seguro de hacerlo y en principio le dio temor hacerlo, tomó las riendas de la clase. Desde esa época no ha dejado de pararse frente a otros para enseñar lo que sabe.
Lo único intacto que le quedó de aquella oscura época fue su pasión por el rock clásico. Él, como muy pocos maestros de yoga, dicta sus clases con música que no es la típica instrumental y de relajación con la que se acostumbra a hacerlo.
Led Zeppelin, The Doors y por supuesto, The Rolling Stones, entre otras bandas, son los que a todo volumen acompañan las clases de "el rey de yoga de los Ángeles", el profesor de celebridades.