Después de los 40 años es natural que las personas pierdan su visión cercana. Sucede porque los ojos cuando son jóvenes tienen un cristalino muy flexible, un lente transparente que tiene cómo refractar la luz y proporcionar acomodación para enfocar objetos.
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Pero con el paso de los años, el cristalino se vuelve duro. Ya no se tiene la misma habilidad para leer un número telefónico en el celular, ver la hora en su reloj de pulso o leer el periódico. Están obligados a usar gafas y alejar los objetos cada vez más. Se trata de un problema visual conocido como presbicia.
Para su corrección existe una nueva técnica ya disponible en Colombia que ofrece resultados de agudeza visual. “Oculentis Mplus X es un lente artificial con movimiento que reemplaza el lente natural del ojo y permite nuevamente ver muy bien de cerca y de lejos (a todas las distancias) y lo más importante para el resto de la vida. Se implantan simultáneamente los lentes en ambos ojos”, explica el doctor Gabriel Oliveros, director científico de Centro Oftalmológico Buenavista en Bogotá.
El lente –hecho en un material biocompatible y sin riesgo de rechazo– es inyectado dentro del ojo y detrás de la pupila a través de una incisión de apenas dos milímetros, que en ocasiones sólo requiere de un punto. Tarda aproximadamente 20 minutos por ojo y es un procedimiento realizado bajo anestesia con gotas. Es ambulatorio y con una recuperación de la visión muy rápida: de dos a cinco días después de la intervención.
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“Como toda cirugía existen muchos riesgos desde infección hasta desprendimiento de retina, pero es una cirugía que en manos experimentadas es muy segura y con poco riesgo”, asegura el Oliveros.
Quienes se someten a la cirugía deben hacerse cinco años después una especie de mantenimiento para limpiar el lente. “Pero no es en sala quirúrgica sino en un consultorio. Se trata de un procedimiento con un láser, que demora cinco minutos por ojo, indoloro y sin molestias”.
Las personas que se lo pueden practicar son todas aquellas con ojos sanos mayores de 50 años o menores de los 50 que no quieran o toleren las gafas o los lentes de contacto. Sin embargo, los pacientes que no pueden acudir a este método son los que padecen problemas maculares (trastorno ocular que destruye lentamente la visión central y aguda), retinopatía diabética o en general enfermedades de los ojos que no permitan corregir bien su visión.
Entre otros beneficios está la disminución de la posibilidad de padecer glaucoma a futuro porque este lente artificial tiene un filtro Ultravioleta (UV) incorporado que protege a la retina contra la degeneración macular.