La rinitis es un trastorno que afecta a la mucosa nasal y que produce estornudos, picor, obstrucción, secreciones nasales y, en ocasiones, falta de olfato. Son síntomas que tienen momentos de dos o más días consecutivos y una hora a lo largo de los días. Se estima que más de 400 millones de personas en el mundo sufren de rinitis alérgica. Tiene presencia el 25% en los niños y el 40% en los adultos.
Según investigaciones médicas, se calcula que 19 a 38% de los pacientes con rinitis alérgica tienen asma y que 85 a 95% de los pacientes asmáticos tiene rinitis alérgica. Asimismo, casi el 80% de los pacientes con rinitis alérgica reportan dificultad para dormir y, por lo tanto, presentan fatiga durante el día.
“Si un paciente con este tipo de alergias no recibe el tratamiento adecuado, será más propenso a sufrir molestias constantemente, pues es complicado que se aísle totalmente de los factores de riesgo. Por ende, no podrá disfrutar plenamente de las actividades cotidianas y terminará privándose de placeres como disfrutar un día de campo, recibir un arreglo de flores o tener una mascota”, comentó la Dra. Alexandra Lokee, medical manager de Consumo Masivo de Sanofi.
Sin embargo, se estima que el 35% de los afectados, no recibe un tratamiento óptimo para esta enfermedad, pues suele confundirse con otro tipo de alergias nasales. Incluso existen personas que han llegado a confundir los síntomas con el problema sanitario causado por el Covid-19.
La rinitis alérgica es una enfermedad inflamatoria crónica de la mucosa nasal que ocurre cuando una persona susceptible se expone a partículas de polvo, gases, moho, polen, perfumes, cremas y otras derivadas de plantas o animales, más conocida como alérgenos
Principales causas
El principal factor que causa la rinitis son los aeroalérgenos, que suelen clasificarse como agentes de interior, exterior y laborales. Además, los cambios de estación, la llegada de las lluvias o la influencia del tradicional Polvo del Sahara, que actualmente azota a la región de Centroamérica y el Caribe, son factores que repercuten en los pacientes y provocan manifestaciones como irritación ocular, congestión nasal y picazón de garganta.
También puede deberse a una reacción alérgica o a la respuesta a un factor irritante. Suelen estar implicados elementos como las harinas de cereales (panaderos, industria de alimentos precocinados, fábricas de piensos, etc.)
Es fácil de controlar
La recomendación de los expertos es controlar los síntomas es a través de medicamentos especializados a controlar esta enfermedad como lo son aquellos asintomáticos que, en comparación con otros tratamientos, no provocan sueño.
Con un diagnóstico adecuado, el médico indicará el tratamiento más conveniente para cada paciente. Este puede incluir una o varias terapias farmacológicas, medidas higiénicas medioambientales y lavados nasales salinos que ayuden a limpiar la nariz.
