Nadie puede saber lo que se siente 'nacer en el cuerpo equivocado', a excepción de la persona que lo vive. Ponerse en sus zapatos no es fácil, pero no hacerlo es peor, en especial si le ocurre a un familiar o alguien cercano, necesitan apoyo y comprensión si se quiere ganar la lucha contra la discriminación.
La alteración puede presentarse desde temprana edad, en la cual, una de las manifestaciones, es que el niño no quiere ser varón sino niña y en vez de jugar con carritos prefiere las muñecas o vestirse de mujer. En caso contrario, las niñas rechazan la coquetería y gustan de deportes rudos.
Explica el médico psiquiatra, José Miguel López, que la disforia de género es por tanto, el disgusto, desajuste o malestar con el sexo biológico que le ha correspondido a la persona.
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“Primero es necesario aclarar que no es un trastorno mental. Sin embargo, se puede acompañar con un grave deterioro social, ocupacional y otros funcionamientos. También pueden presentarse condiciones psiquiátricas como ansiedad, depresión y pensamientos suicidas. En estos casos debe ser necesario aplicar tratamiento y terapia”.
Sin embargo, las consultas para tratar la condición son mucho más escasas, hay alrededor de 1 por cada 500 aproximadamente, lo cual tiene que ver, entre otros factores, con prejuicios sociales y falta de desarrollo de tecnologías apropiadas para el manejo de estos casos. De hecho, la casi totalidad de ellos son manejados en instituciones especializadas todas en el exterior, lo cual no ocurría a finales de los años 90 cuando estos casos y otros, como el hermafroditismo y el pseudohermafroditismo, eran manejados inclusive en los hospitales públicos.
Para comprender y ayudar a las personas que pasan por esta vivencia, el especialista explica algunos abordajes de la disforia de género:
*Tratamiento multidisciplinario: El equipo incluye un profesional de salud mental entrenado en disforia de género, un neuropsiquiatra, psicólogos, orientadores, terapeutas ocupacionales y de comportamiento y un endocrinólogo que se especializa en las hormonas. También puede incluir un cirujano urológico, especializado en cirugía de los genitales y urinarias.
*Educación y orientación familiar: La educación del paciente y orientación familiar son necesarios. La educación y asesoramiento se centra en comprender y tratar las cuestiones de género. A la familia, socios y amigos se les deben explicar el potencial daño que hacen al no comprender y acompañar a la persona. Por ello, es importante que al grupo y la persona se le haga conscientes de los pasos que pueden tomar para hacer frente a situaciones desagradables.
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*Intervención psicológica: Puede haber una necesidad de estado civil, familia y terapias de grupo para permitir un ambiente de ayuda y apoyo a la persona con esta condición.
*Los niños y la terapia hormonal: De acuerdo con las directrices de la sociedad de Endocrinología, los niños antes de que lleguen a la pubertad no deben recibir terapia hormonal, porque no puede hacerse un diagnóstico de transexualidad.
La sociedad de Endocrinología encontró que 75-80% de los niños diagnosticados con disforia de género al llegar a la pubertad ya no tenían la condición.
Con información de Analítica.
