
La nueva película Superman, protagonizada por David Corenswet, no solo ha conquistado la taquilla: también ha generado un inesperado efecto social en Estados Unidos. Su responsable no es el Hombre de Acero, sino su peculiar compañero: Krypto, el superperro, quien ha desencadenado una verdadera ola de adopciones de perros en todo el país.
El personaje, una mezcla caótica de fuerza, ternura y lealtad incondicional, se ha robado el corazón del público, provocando un auge sin precedentes en las búsquedas de adopción de mascotas. Según la aplicación de entrenamiento canino Woofz, el fin de semana del estreno se registró un incremento del 513% en las búsquedas de “adoptar un perro cerca de mí” en Google. Además, las búsquedas relacionadas con “adopción de perro rescatado cerca de mí” aumentaron un 163% y aquellas sobre “adoptar un schnauzer”, raza que parece estar en la base del diseño de Krypto, crecieron un 299%.
Krypto no es solo una creación animada por CGI. Su historia se basa en Ozu, el perro real del director James Gunn, a quien adoptó durante el proceso de escritura del guion. El cineasta confesó que, mientras intentaba entrenarlo, bromeó con la idea de lo aterrador que sería que Ozu tuviera superpoderes. Así nació Krypto: un superperro imperfecto, travieso y profundamente leal.
En la película, Krypto es tanto un héroe como un problema ambulante, con episodios de desobediencia, muebles destruidos y momentos de caos total. Pero en medio de su torpeza, demuestra un compromiso inquebrantable con Superman, lo que ha tocado una fibra emocional en la audiencia.
Campaña de adopciones y un mensaje de responsabilidad
El entusiasmo generado por el personaje no tardó en trasladarse al mundo real. En una campaña coordinada con el estreno de la película, Warner Bros. y Best Friends Animal Society ofrecieron adopciones gratuitas de mascotas entre el 1 y el 10 de julio en distintas ciudades de EE.UU. El resultado: 454 adopciones exitosas, una cifra que refleja cómo el cine puede tener un impacto tangible más allá de la pantalla.
Sin embargo, los expertos hacen un llamado a la responsabilidad.
“La euforia por una película puede pasar, pero un perro es para muchos años. Es un compromiso real”, señaló Natalia Shahmetova, CEO de Woofz. “Hay que estar listos para ofrecerles tiempo, cariño y entrenamiento”.
Este llamado resuena con fuerza, ya que el propio Krypto en la película es un recordatorio de que las mascotas no son perfectas. Son seres vivos con necesidades, emociones y retos, pero también con una capacidad inmensa de amar.
La influencia del cine en las tendencias de adopción no es nueva. Ya se vio con Lassie, los dálmatas de Disney y los huskies de Game of Thrones. Pero Krypto representa algo diferente: una mascota realista, con defectos, pero con un corazón gigante.