
La piel de los niños es mucho más sensible que la de los adultos, y por eso requiere cuidados especiales frente a la exposición solar. Protegerla no solo previene quemaduras inmediatas, sino que también reduce significativamente el riesgo de problemas a largo plazo como el envejecimiento prematuro de la piel y el cáncer de piel en la adultez.
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La radiación ultravioleta (UV) puede causar daño celular incluso en días nublados, y los efectos de una exposición excesiva durante la infancia son acumulativos e irreversibles. Estudios señalan que hasta el 80% del daño solar ocurre antes de los 18 años. Inculcar hábitos de protección solar desde temprana edad es una inversión en salud. Cuidar la piel de los niños hoy es proteger su bienestar mañana.KienyKe.com conversó con Lorena Briceño, experta en piel, para conocer más a profundidad esta compleja situación.
KienyKe: ¿Cuáles son los mayores mitos sobre la protección solar en niños?
Lorena Briceño: Proteger la piel desde la infancia es una inversión en salud a largo plazo. Sin embargo, persisten mitos que ponen en riesgo esa protección. Uno de los más comunes es pensar que en los días nublados no hace falta aplicar protector solar. La realidad es que hasta el 80% de la radiación ultravioleta puede atravesar las nubes, afectando la piel incluso sin sol directo.
Otro mito frecuente es que solo los niños de piel clara necesitan protección. Aunque los efectos visibles como enrojecimiento o quemaduras puedan variar, el daño solar ocurre en todos los tonos de piel. También es común creer que basta con aplicar el protector una vez al día. La verdad es que, debido al sudor, el juego, el agua y el secado con toalla, es fundamental reaplicar cada dos horas.
Desde nuestras campañas escolares, trabajamos para desmontar estas creencias con educación, ejemplos reales y actividades que convierten el conocimiento en acción cotidiana.
KyK: ¿Desde qué edad se debe aplicar protectores solares en niños?
LB: Según las recomendaciones pediátricas y dermatológicas, el uso de protectores solares está contraindicado en menores de seis meses. En esta etapa, la mejor protección es la sombra, la ropa adecuada, gorros y la completa evitación del sol directo.
A partir de los seis meses, se pueden utilizar fotoprotectores específicamente formulados para la piel pediátrica. Estos productos deben ser hipoalergénicos, libres de perfumes y contar con filtros que respeten la inmadurez cutánea del niño. Uno de los pilares de nuestras campañas escolares es enseñar a padres, cuidadores y educadores a integrar este cuidado en la rutina diaria, desde edades tempranas.
KyK: ¿El factor de protección debe ser el mismo?
LB: La piel de los niños es estructural y funcionalmente distinta a la de los adultos: es más delgada, más permeable, tiene menor capacidad de defensa frente a las agresiones externas y, además, su sistema de pigmentación todavía está en desarrollo. Esto la hace mucho más vulnerable a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta.
Por eso, recomendamos el uso de fotoprotectores con SPF 50 específicamente formulados para piel infantil. No se trata solo de elegir un número alto, sino de garantizar que el producto ofrezca una protección de amplio espectro, sea resistente al agua, y tenga una textura cómoda y agradable que no interrumpa la rutina de juego, sino que la acompañe.
Además, el fotoprotector pediátrico debe ser seguro en su formulación: sin alcoholes agresivos, sin perfumes irritantes, con filtros cuidadosamente seleccionados y con texturas adaptadas a la sensibilidad de la piel infantil.
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KyK: ¿Qué enfermedades relacionadas a la exposición solar son presentes en niños?
LB: El daño solar no es un problema exclusivo de los adultos. En la infancia, la exposición solar sin protección puede provocar quemaduras agudas, reacciones de fotosensibilidad, manchas, alteraciones en la pigmentación e incluso predisponer al desarrollo de cáncer de piel en etapas posteriores de la vida.
Estudios demuestran que más del 80% del daño solar acumulado ocurre antes de los 18 años. Por eso, insistimos en que la fotoprotección infantil no es un detalle estético, es una medida preventiva de salud pública. Y en ese esfuerzo, las campañas escolares son clave.