
El Consulado de Colombia en Buenos Aires, que también funciona como sede de la embajada, atraviesa una grave crisis operativa debido a la suspensión del cónsul Germán Gómez y la escasez de personal diplomático de carrera, lo que ha obligado a la Cancillería a nombrar funcionarios provisionales en sedes clave. Esta situación repercute directamente en la atención a los aproximadamente cien mil colombianos que residen en Argentina, quienes dependen de este único consulado en el país.
En entrevista con el medio W Radio, el cónsul Germán Gómez, actualmente apartado de sus funciones por una medida cautelar del Tribunal de Cundinamarca, explicó que la falta de funcionarios de carrera disponibles ha obligado a llenar vacantes con personal provisional, generando tensiones al interior del cuerpo diplomático y afectando la operatividad y calidad del servicio en los consulados.
La suspensión de Gómez, decretada el 11 de abril, fue resultado de demandas interpuestas por el sindicato de la carrera diplomática, que argumenta que sí hay funcionarios de carrera para ocupar estos cargos. Sin embargo, Gómez desmintió esta afirmación señalando que en el escalafón de consejeros de Relaciones Exteriores solo hay 35 funcionarios de carrera disponibles, mientras que se necesitan 89 para cubrir todos los puestos.
La disparidad entre la disponibilidad de personal y la cantidad de cargos ha derivado en una sobrecarga de funciones para quienes actualmente están activos. En Buenos Aires, por ejemplo, las funciones del consulado han sido asumidas por una ministra plenipotenciaria de carrera diplomática, quien también actúa como embajadora encargada y cónsul, una situación que ha sobrecargado las labores diarias de la sede.
Gómez advirtió que esta crisis no se limita a Buenos Aires. En Santiago de Chile se presenta un panorama similar. La cónsul allí fue nombrada provisionalmente y debe enfrentar una alta demanda de trámites con un equipo reducido. La planta del consulado de Santiago está compuesta por un cónsul de carrera diplomática, un auxiliar de carrera administrativa y dos auxiliares de libre nombramiento, uno de los cuales está próximo a jubilarse.
La cónsul en Chile ha solicitado reiteradamente a la Cancillería ampliar el equipo con diplomáticos de carrera, pero las respuestas han sido negativas debido a la escasez de este personal. Además, la contratación de personal externo enfrenta obstáculos legales y políticos, ya que los nombramientos provisionales suelen ser objeto de demandas por parte de la oposición.
En un comunicado, la cónsul María Antonia Pardo expresó que la actual falta de soluciones pone en riesgo la salud de los funcionarios y la calidad del servicio ofrecido a los migrantes. La sobrecarga laboral ha evidenciado las deficiencias estructurales en la Cancillería colombiana, donde los pocos funcionarios de carrera han tenido que asumir múltiples responsabilidades de manera temporal.
Germán Gómez concluyó que la solución a esta crisis no es inmediata. Aumentar el número de diplomáticos de carrera requiere un proceso complejo y prolongado, por lo que la falta de personal continuará siendo un desafío en el corto plazo.