A estas alturas, la idea de en un ‘barco del tesoro’ parece una ficción fantástica. No es, sin embargo, tan ficción, y en Colombia se podría estar a punto de sacar de las profundidades del mar un tesoro sin precedentes: el del Galeón San José.
El barco fue hundido por corsarios ingleses en mayo de 1708. Iba cargado con joyas, monedas, y lingotes de oro y plata, producto del saqueo de los españoles a los pueblos indígenas de América. Se dice que la fortuna hundida podría ser igual o mayor a 10 mil millones de dólares.
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Hasta diciembre de 2015, el Galeón San José era más que todo una leyenda. Pero luego de ser hallado, y por la dimensión de la fortuna, se empezó, por parte del Gobierno de Colombia y otros interesados, una tarea sin precedentes para sacar aquella millonaria reliquia del fondo del Atlántico. Y no iba a ser fácil.
La batalla más dura del San José no fue la que dio contra los piratas ingleses. Ahora, varios interesados reclaman su propiedad. El gobierno español dice que es un barco de Estado. No obstante, en 1985 la Unesco declaró que las riquezas sumergidas eran un bien de toda la humanidad. En ese sentido, deberán permanecer in situ y no tendrán ningún tipo de beneficio comercial. Ni se compra ni se vende, como dice la canción.
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Por supuesto que Colombia ha hecho lo propio por quedarse con el tesoro. Desde 1980 el Estado se ha visto enfrascado en una batalla legal contra la empresa estadounidense Sea Serch Armada, quienes afirmaban ser los propietarios del tesoro por haberlo encontrado primero. Esa posibilidad se vio empañada en 2011 por una orden de una corte en Washington, que declaró al barco como propiedad del Estado colombiano.
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Para garantizar la propiedad y los derechos sobre el Galeón, en 2013 el Congreso colombiano emitió la Ley 1675, con el objetivo de “establecer las condiciones para proteger, visibilizar y recuperar el Patrimonio Cultural Sumergido establecido en el artículo 2 de la presente ley, así como ejercer soberanía y generar conocimiento científico sobre el mismo”.
Esta ley tendría los elementos jurídicos que declaran el San José y su contenido como patrimonio cultural de la nación, lo que, de facto, lo blindaría de que sea reclamado por privados o por otros estados. De acuerdo con una ponencia del Consejo de Estado ““El patrimonio cultural pertenece a la Nación, y sobre él no pueden coexistir dos regímenes: el del tesoro y el del patrimonio cultural”.
La sensación de seguridad que deja la idea de propiedad del barco ha permitido que el gobierno colombiano tome cartas en el asunto y se arriesgue a plantear las posibilidades de sacarlo del fondo del mar. Así, el presidente Santos ha anunciado que se pondrá en marcha un plan para que, en una alianza entre el sector público y el privado, se pueda “explorar, recuperar y divulgar la excavación arqueológica del histórico Galeón San José”. Tiene que ser así porque el gobierno no cuenta con los recursos económicos y técnicos suficientes para una tarea de ese calado.
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El 14 de julio se llevará a cabo la audiencia pública a la que deberán asistir los interesados en postularse para la aventura. “la mejor selección del mundo de arqueólogos submarinos, oceanógrafos, la empresa más reconocida en prospección marina, arquitectos navales y un gran equipo de ingenieros robóticos”, dijo el presidente. La pregunta que queda es, luego de que se tenga éxito en la expedición –si se tiene– qué se va a hacer. Dicen que un museo. Pero un museo no vale 10 millones de dólares.
