Quienes disfrutaban de una copa de vino en los alrededores de la isla de la Ile de la Cité, en París, o visitaban el parque Jean XXIII, hasta quienes se encontraban a miles de kilómetros a distancia pudieron ver cómo de la cúpula de la iglesia de Notre Dame salía una gruesa estela de humo que amenazaba con echar al piso más de 800 años de historia.
Cuando la torre norte del monumento empezó a despedir humo cual 'Habemus Papa', los espectadores se aglomeraron para ver arder la catedral de Norte Dame. Pese a los esfuerzos de los bomberos, el fuego continuó ardiendo mientras se esparcía por el techo de la basílica. El incendio duró más de seis horas.
Millones de personas lamentaban, impotentes ante las imágenes, un fuego voraz que por un momento pareció incontrolable. Se perdía el templo más antiguo de París, testigo y lugar de la coronación de Napoleón Bonaparte, la beatificación de Juana de Arco y la Revolución Francesa. Además, en pleno inicio de la Semana Santa, ardía el custodio de tres de las reliquias de la pasión de Cristo, la Corona de Espinas, un clavo y un trozo de madera de Cruz de Jesucristo.
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Para algunos era una tragedia anunciada. hace 464 años el profeta más famoso de la historia, Michel de Nostradamus, lo predijo. En las redes circuló el vaticinio que el antiguo médico francés había dejado consignado en su obra Las Profecías, de 1555.
"Un símbolo de la cristiandad en Francia o España arderá en fuego purificador. Nuestra señora llorará por todos nosotros y brillará en la lejanía", fue la predicción que Nostradamus dejó consignada.Esta predicción escrita hace cerca de medio siglo y que pasó desapercibida hasta su aparente cumplimiento, no es la única coincidencia entre el clásico profeta y la basílica francesa. Nostradamus es la adaptación latina del apellido de Michel, proveniente de una familia judía francesa, que había decidido adoptar una forma cristiana dos generaciones antes del nacimiento del vidente. Primero en la forma francesa Notre Dame, y luego adaptada por este a la forma latina para firmar sus obras escritas, quedando finalmente como Nostradamus. Esta coincidencia se puede explicar con la transformación familiar de la religión judía a la católica, que tiene como eje central a la Virgen María. Esta santa es llamada en francés 'Notre Dame' y en español 'Nuestra Señora', lo que denotaría más que una casualidad, un producto histórico de la expansión del catolicismo por Europa. Siendo la catedral de este mismo nombre, la primera sede de esa institución religiosa erigida en la ciudad de las luces. Pero en la revisión del texto no aparece una frase cercana a la atribuida en esta ocasión a Nostradamus, lo que pone en duda la predicción. Sin embargo, la astróloga Jessica Adams sí atribuyó al profeta la predicción del incendio de la Antigua Dama de París. Según ella, lo hizo en otra frase, que sí se encuentra en su compilación de centurias premonitorias que dice:
"Jefes de Aries, Júpites y Saturno, ¿Dios eterno qué mutaciones? Después por largo siglo su malgino tiempo retorna ¿Galicia e Italia, qué emociones?"Ella lo atribuyó, más al texto que hace parte de la centuria I, a una palabra usada por el profeta: 'emociones'. La cual fue empleada por diversos medios y personalidades para lamentar el incendio, entre ellos el presidente de Francia Emmanuel Macron y la UNESCO, este último que publicó en redes sociales “Emoción profunda ante este dramático incendio en la catedral”. Sin embargo, otros estudiosos de los textos del clásico vidente han afirmado que el texto sí fue una predicción, pero de hechos que ya se cumplieron y no tienen relación con la catedral de Notre Dame, sino a Luis XIV y la Guerra de Sucesión Española en 1702.