El Estado colombiano reconoció su responsabilidad y pidió perdón este domingo por el exterminio de miles de militantes del partido izquierdista Unión Patriótica (UP) entre 1984 y 2002, en un acto encabezado por el presidente Gustavo Petro en Santa Marta.
El evento se realizó en el marco de la IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), y reunió a más de 1.500 víctimas y sobrevivientes, entre ellos militantes del partido, excandidatos y familiares de los asesinados, quienes portaban rosas amarillas y carteles que pedían la “no repetición”.
Un acto pendiente de la historia
El acto había sido programado inicialmente para octubre de 2024, pero fue suspendido por la inasistencia de Petro, que se encontraba enfermo. Este domingo, un año después, el Gobierno cumplió con la orden de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), que en 2022 declaró la responsabilidad internacional del Estado colombiano por el “plan de exterminio” de la UP y ordenó un acto público de perdón.
“Hoy aquí no está el Estado, está el Ejecutivo. Por eso quise que la cúpula militar me acompañara”, dijo Petro al iniciar su discurso, subrayando que la presencia de las Fuerzas Armadas tenía un significado de reconocimiento institucional.
El mandatario agregó que “el Estado colombiano debe pedir perdón, no ofrecerlo, porque es corresponsable de un genocidio político”.
Memoria y reconocimiento
Petro recordó que la Unión Patriótica nació en 1985 como una “esperanza de paz” derivada de los acuerdos entre el Gobierno de Belisario Betancur y la guerrilla de las FARC, con el propósito de reincorporar excombatientes y sectores de izquierda a la vida democrática.
Sin embargo, entre 1984 y 2002, el movimiento fue víctima de una campaña sistemática de exterminio por parte del Estado que, según distintos registros, dejó entre 3.000 y 6.000 militantes asesinados o desaparecidos, incluidos dos candidatos presidenciales, ocho congresistas, decenas de alcaldes y cientos de dirigentes locales.
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“Nunca más”
Antes de las palabras del presidente intervinieron varias víctimas, entre ellas la senadora Aída Avella, presidenta de la UP y sobreviviente del exterminio, quien reivindicó el papel histórico del movimiento y agradeció al Gobierno por cumplir la sentencia internacional.
“Caminamos junto a usted (Petro) con la firme esperanza de ser sus compañeros en este nuevo tiempo de lucha. Usted ha marcado el camino al decir con valentía: nunca más un genocidio, y nunca más un genocidio en el mundo”, afirmó.
Avella también pidió a las fuerzas militares un compromiso con los derechos humanos y la no repetición, y cerró con un mensaje de resistencia:
“Señor presidente, no nos mataron a todos. Los que quedamos ya nos multiplicamos, somos cientos de miles de corazones.”
