
A partir del próximo 15 de julio, Colombia dará un nuevo paso en la implementación de la Ley 2101 de 2021, que contempla la reducción gradual de la jornada laboral semanal en el país. Esta medida, que busca equilibrar la vida laboral y personal de los colombianos, ha generado dudas entre trabajadores y empleadores, especialmente sobre su posible impacto en el salario. La pregunta más frecuente es clara: ¿me van a pagar menos si trabajo menos horas?
La respuesta, de acuerdo con lo establecido por la normativa y confirmado por el Ministerio de Trabajo, es no. La reducción de la jornada no implica una reducción salarial, ni permite cambios en la remuneración de los empleados que se vean cobijados por esta modificación.
¿Qué cambia con la nueva jornada laboral en Colombia?
La Ley 2101, aprobada en julio de 2021, planteó una reducción progresiva de la jornada laboral en Colombia, de 48 horas semanales (vigentes en 2021) hasta llegar a 42 horas en el año 2026. Este 15 de julio de 2025, entrará en vigencia un nuevo ajuste, con el que la jornada pasará a ser de 44 horas semanales, es decir, cuatro horas menos que hace dos años.
Este cambio no requiere una reforma adicional, pues hace parte del calendario ya estipulado en la ley vigente. Sin embargo, en medio del debate público sobre la reforma laboral promovida por el gobierno del presidente Gustavo Petro, se ha hablado de la posibilidad de reducir aún más la jornada hasta 40 horas semanales. No obstante, esta propuesta no ha sido aprobada por el Congreso.
¿Qué pasa con el salario si se trabaja menos horas?
Según la normativa, la reducción de la jornada no afectará los ingresos mensuales de los trabajadores. En otras palabras, el salario mensual que una persona recibe debe mantenerse igual, aunque la cantidad de horas trabajadas a la semana sea menor.
Esta medida se basa en un principio de mejora de la calidad de vida y bienestar del trabajador, sin detrimento económico. El fundamento detrás de esta política es que una jornada más corta puede mejorar la productividad, reducir el ausentismo laboral y mejorar la salud mental y física de los empleados.
El Ministerio de Trabajo ha sido enfático: los empleadores no pueden reducir el salario base ni realizar ajustes proporcionales al tiempo trabajado. De hacerlo, podrían enfrentarse a sanciones legales.
Otros cambios que trae la reducción de la jornada laboral
Además del ajuste en las horas semanales, la implementación de esta ley trae consigo otros cambios en el entorno laboral colombiano:
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Eliminación del Día de la Familia: Una de las medidas complementarias a esta reducción es la eliminación del día adicional de descanso conocido como “día de la familia”, que tradicionalmente se otorgaba durante el segundo semestre del año.
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Reorganización de turnos y cargas laborales: Las empresas deberán adaptar sus procesos operativos y logísticos a esta nueva duración de la jornada. Esto puede implicar la contratación de más personal o la redistribución de tareas entre los equipos actuales.
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Impacto económico y advertencias del sector privado: Algunos gremios han advertido sobre posibles efectos negativos, como el riesgo de pérdida de empleos si no se acompaña la medida con incentivos a la productividad. De hecho, se ha hablado de una posible pérdida de hasta 500.000 empleos, según algunas proyecciones, si la reforma se implementa de forma rígida.
¿Qué sigue?
De momento, no hay en curso ninguna discusión legislativa para reducir aún más la jornada a 40 horas. Sin embargo, este tema podría volver a la agenda legislativa en el segundo semestre del año, especialmente si el Gobierno insiste en su propuesta de reforma al Código Sustantivo del Trabajo.
La reducción de la jornada laboral a 44 horas semanales en Colombia es un paso importante hacia un modelo laboral más humano y equilibrado. No afectará el salario de los trabajadores, lo que representa una victoria para quienes buscan mayor calidad de vida sin perder capacidad adquisitiva. Sin embargo, su implementación requiere ajustes importantes por parte de las empresas y una vigilancia activa para evitar incumplimientos. El reto está en garantizar que la productividad acompañe el cambio y que el empleo formal no se vea afectado.