De la desfachatez internacional

Mié, 30/05/2012 - 18:28
La masacre ocurrida el día viernes en la población de Hula, en la gobernación de Homs, Siria, deja claro que la intervención internacional en un territorio extranjero no se debe en ningún momento
La masacre ocurrida el día viernes en la población de Hula, en la gobernación de Homs, Siria, deja claro que la intervención internacional en un territorio extranjero no se debe en ningún momento a la búsqueda de la justicia o la transición a la democracia como se ha intentado vender a una población presuntamente incauta, sino que, por el contrario, obedece única y exclusivamente a los intereses geopolíticos y estratégicos de unas cuantas potencias todopoderosas. Para ser justos, es cierto que dentro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el debate sobre la posible intervención militar de algún organismo en Siria ya se ha dado. Sin embargo, a diferencia de lo que pasó con Libia (el Consejo de Seguridad fue veloz en emitir una declaración según la cual se permitía el establecimiento de una No-Fly Zone para defender la vida civil), Rusia y China se han mantenido inquebrantables a la hora de defender el régimen de Bashar Al Assad. Con respecto a la masacre de Hula, Rusia condenó al régimen en Damasco pero suavizó la cosa advirtiendo que la culpa también recae en los soldados de la oposición. Rusia, aliado de vieja data del régimen de Assad, mantiene sus relaciones con Siria debido a su importancia estratégica en la región. En un área donde la mayoría de los países recibe un importante apoyo económico y militar de Estados Unidos y sus aliados occidentales (Turquía al Norte, Irak al Oriente, Jordania al Sur y Líbano e Israel al Occidente) , Moscú necesita un contingente que le impida a Washington ejercer el control total sobre la zona. El gobierno del Kremlin continúa vendiendo armas a Damasco y no duda en usar su poder de veto frente a cualquier resolución que busque condenar la violenta represión a manifestantes en Siria. Estados Unidos (al contrario de la arbitraria decisión que tomó en 2003 de pasar por encima del Consejo de Seguridad e invadir Irak para ‘defender la democracia’), ha hecho comentarios sobre la necesidad de un cambio de régimen en Damasco pero siempre evitando intervenir directamente en el conflicto. Después de lo ocurrido en Hula, el gigante del Norte llevó a cabo una protesta conjunta con al menos 10 de sus principales aliados y expulsó a varios diplomáticos del país. Sin embargo, la situación poco ha cambiado y las Fuerzas Armadas de Bashar Al Assad continúan atacando a la población civil. Creo que hemos llegado a una disyuntiva que ya es hora de solucionar: o los países de occidente dejan de usar el discurso de la defensa de la democracia y de la población civil en los distintos rincones del planeta o definitivamente se hacen cargo de lo que supuestamente buscan defender y hacen lo que sea necesario por mantenerlo. No es justo que 108 personas tengan que morir en un día y más de 10 mil en un periodo de casi 9 meses para que la comunidad internacional finalmente decida hacer algo tan inútil como expulsar diplomáticos. La situación de Siria ya pasó a ser crítica y es hora de que alguien haga algo. Aquí ya no importa si los asesinos son de un bando o del otro. Lo único importante en este momento es evitar el derramamiento de sangre así sea lucrativo para alguno de los miembros del Consejo de Seguridad. Señores, así como intervinieron en Afganistán, Irak y Libia sin pensarlo dos veces, hagan lo mismo de una vez en Siria porque es preferible evitar más atrocidades a tener que juzgarlas el día de mañana.
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