Luego de un largo receso y habiendo pasado 99 días del gobierno actual, nuevamente me pongo a escribir, no desde la oposición como en años anteriores, sino impulsado por una inmensa preocupación que creo compartida con muchos de los que votamos con entusiasmo por Iván Duque. Esa preocupación nace de la decepción sentida al presenciar algunas acciones, actitudes y omisiones del
Duque presidente que se contradicen con las del Duque candidato.
Aspirábamos a un cambio radical ¡cómo no inmediato y muy positivo, desde luego! Durante los ocho años desastrosos del gobierno más corrupto de la historia del país, nosotros, los de la oposición, supimos madurar y fortalecernos para lograr el objetivo: ganar la presidencia para transformar a Colombia en un país digno, sin droga, sin criminales, sin políticos corruptos, con una justicia de verdad, sin vanidades ni mediocridades. No dudábamos que el mismo 7 de agosto el panorama sería otro.
Pero cómo no sí nos sentíamos representados por un personaje fuera de serie, un joven político lleno de virtudes y talentos y con garra para enfrentar el monstruoso panorama de un país llevado del diablo. Iván Duque nos llenó de confianza y de él no esperábamos otra cosa diferente a la de un giro radical a las políticas corruptas que eran la fuente de tanta podredumbre. Cumplimos nuestro compromiso, ganamos las elecciones a pesar de que con Santos se las robaban descaradamente.
Hoy, cuando está por cumplirse el compás de espera de los 100 días que nos han solicitado, no es el momento de preguntarnos si son pocos o muchos días sino si son pocas o muchas las realizaciones. Y a nosotros, los ciudadanos, nos queda la pregunta sobre cuál es nuestro papel activo como constructores de una nueva realidad política, luego de haber asumido nuestra responsabilidad histórica como
opositores del régimen, sin ningún tipo de violencia como acostumbran otros.
Contamos con un partido al que el presidente Duque le debe su posición y al que tiene que rendir cuentas acerca del acuerdo programático que se estableció desde antes de ser el elegido como candidato. El Centro Democrático, liderado por Álvaro Uribe, es el partido del presidente, el de una bancada sólida en Senado y Cámara y el de millones de compatriotas que nos jugamos el todo por el todo para llevar al designado entre un grupo de precandidatos de las mejores condiciones para que, aliados con otras fuerzas políticas importantes de oposición, alcanzáramos a vencer a una izquierda apoyada por el gobierno.
El triunfo fue monumental y Colombia respiró tranquila esperando con mucha ilusión el 7 de agosto atenta a presenciar como sus sueños se comenzaban a convertir en realidades. Ese día quedamos fríos… y luego día a día más y más fríos… ¡Qué decepción!
Es hora de manifestarle al presidente Duque todo nuestro apoyo y es hora de que él tome las riendas y actúe. Presidente Duque, usted no está sólo, cuenta con una mayoría de colombianos para lo que sea, pero también le reclamamos que cumpla lo prometido y no se desvíe del camino.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y por eso escribo estas cosas a los 99 días con la ilusión de que horas antes de que se cumplan los 100 el presidente Duque cambie el rumbo.
99 días
Mié, 14/11/2018 - 07:12
Luego de un largo receso y habiendo pasado 99 días del gobierno actual, nuevamente me pongo a escribir, no desde la oposición como en años anteriores, sino impulsado por una inmensa preocupación