Azafatos y pasajeros

Vie, 25/11/2011 - 00:00
Empecé mi carrera de auxiliar de vuelo en 1983, desde entonces he conocido una gran cantidad de personas en mis vuelos. Algunos me han impactado por su originalidad, c

Empecé mi carrera de auxiliar de vuelo en 1983, desde entonces he conocido una gran cantidad de personas en mis vuelos. Algunos me han impactado por su originalidad, como

una reina de belleza espectacular, que por su trabajo tiene que viajar constantemente, tanto que se sabe los nombres de los y las auxiliares de vuelo de la base. Un par de veces que he tenido que viajar con ella el 24 de diciembre, nos ha llevado regalos a los integrantes de la tripulación.

Otros viajeros los recuerdo por su falta total de tacto, como el señor que le preguntó a Magolita, cuando estaba un poco pasada de peso, que si estaba embarazada.

—No, claro que no —le respondió la azafata ofendida y un poco molesta consigo misma por haber aumentado esos kilitos en el último semestre. Pero con la siguiente pregunta del pasajero no supo si ofenderse más o dejar de estar molesta pues muy caballeroso y serio le dijo: —En ese caso, quiere salir conmigo cuando lleguemos a Miami?

Ninguno de nosotros supo exactamente lo que el tipo quiso decir, pero fuera lo que fuera, el hombre estaba fuera de lugar.

Ha habido personajes que me han sorprendido por su despiste, como la pasajera a la que le pregunté si quería “pallo” o “corno”, pretendiendo decir pollo o carne, y me respondió —quiero “carno” —sin inmutarse ni preguntar nada.

O el ejecutivo desubicado, al que Rigoberto le preguntó si quería algo para tomar y muy serio le respondió —No, no, nada, solo un vaso de agua.

Tanta gente, como la pasajera aterrada de volar y que salió del baño con los calzones en las rodillas cuando se presento una pequeña turbulencia en el avión.

Gente que se hace recordar por su amabilidad, como unos ejecutivos que se la pasan la mitad de sus vidas montados en un avión y que en varias ocasiones durante la época de navidad nos han hecho llegar a cada uno de los ciento y pico de azafatos y azafatas de la base un regalo.

Y otros por su generosidad, como “Mano de Piedra Durán”, que viajó con nosotros de Miami a Panamá. Al final del vuelo, le entregó a Magolita un fajo de billetes que sumaban 600 dólares. —Para los tripulantes —dijo sonriendo. Magolita, muy agradecida  le respondió que iba a repartirlo entre los ocho tripulantes del vuelo. A lo que el respondió apenado — ¿Son ocho? — Se metió la mano al dril y saco 200 dólares más, que le entregó a la sorprendida azafata. —Para que les quede más fácil repartirlos —dijo antes de desembarcar.

Y personajes como un conocido locutor que habla de nuestra compañía por radio cada vez que vuela y estamos por debajo de nuestro nivel de servicio usual. En más de una ocasión, pasajeros molestos me han amenazado con contarle la situación a “Simoncito”, el locutor de la emisora de radio, si no mejoramos nuestro servicio. Aunque es molesto que lo regañen a uno en público, en el fondo nos agrada, porque nos mantiene a todos dispuestos al buen servicio y como dicen por ahí, es mejor que hablen mal de uno a que no hablen.

En estos, casi treinta años de vuelos, también he conocido muchos azafatos y azafatas de todos los tipos. Por ejemplo, el comisario de abordo despistado que le colabora a una invidente desde que se sube al avión, porque un agente de tierra se la recomendó porque no tiene vista. Ya en la silla le ayuda a localizar las cosas alrededor guiándole la mano a cada sitio. Cuando la pasajera un poco molesta le pregunta que  porque le indica las cosas así, el apenado tripulante le responde que como ella no tiene vista. La pasajera, —vista si tengo, lo que no tengo es ¡visa!

Como olvidar a una azafata que le respondió muy naturalmente a un pasajero, —lo siento, es que yo ya tengo compromiso en este viaje—. Cuando el le preguntó inocentemente, —señorita, ¿en este vuelo si vamos a comer algo?

Y muchos, muchísimos azafatos más, que además de volar realizan todo tipo de actividades diferentes, bateristas de un reconocido grupo de música de los años ochenta, economistas, dibujantes, traductores, creativos, protectores de animales, periodistas, pilotos, buzos, biólogos, monjes budistas, actrices, practicantes de yoga, arquitectos, escultores, bailarinas, escritores y tantos otros que ya no los recuerdo. Pero todos, no importa nuestra otra profesión, tenemos algo en común; en algún momento de nuestras vidas decidimos empacar maletas, ponernos un uniforme y salir a servir tintos, comidas y atender pasajeros en un avión. Y aunque la mayoría aún nos preguntamos porqué, porqué seguimos siendo azafatos de vuelo, al rememorar y contar nuestras historias, lo entendemos.

Más KienyKe
La defensa de Sandra Ortiz mencionó que Olmedo López estaría intentando implicar a Gustavo Petro en el caso de corrupción de la UNGRD.
El encuentro tuvo lugar en la Casa Blanca y abordaron una amplia gama de asuntos regionales y bilaterales.
La Corte lo llama a juicio por el proceso que le adelanta por injuria en contra de Gustavo Bolívar.
Las comisiones económicas del Congreso estuvieron de acuerdo en archivar este proyecto.
Kien Opina