Te pido, querido Niño Dios, un Departamento del Valle donde se cultive caña para fabricar azúcar, panela, miel y alcohol, tanto como melado y manjarblanco para los mercados nacionales y extranjeros; que el bagazo se utilice para fabricar aglomerados, pulpa y papel a gran escala. Un Valle donde se produzca tabaco, arroz, maíz, algodón, sorgo, soya, tubérculos, hortalizas y frutas como materias primas para la agroindustria.
Que tengamos cultivos de flores para la exportación; y siembras de pastos, que junto a la torta de soya y otros cereales, sirvan de alimento para las industrias ganadera, avícola, lechera y de carne entre otras. Es decir, un departamento rico en productos agrícolas y ganaderos para abastecer y fomentar una agroindustria rentable, diversificada y con factorías integradas horizontalmente.
Te ruego que Buenaventura pase de ser un puerto con ciudad a ser una ciudad con puerto, donde el actual terminal opere para embarcaciones de mediano calado, porque en Bahía Málaga se debe iniciar la construcción de un puerto para barcos de gran calado; un Valle donde empresas extranjeras exploren, con probabilidades de éxito, ciertos minerales en la plataforma continental del Pacífico.
Niño Jesús permíteme ver a Juanchaco y Ladrilleros convertidos en complejos turísticos con buen transporte, restaurantes y hoteles; que las poblaciones del litoral, además de las industrias pesqueras y madereras, también produzcan industrialmente coco y chontaduro. Que en Buenaventura se creen cooperativas pesqueras administradas por los dueños y capitanes de los barcos. En fin, que el puerto empuje el desarrollo de la costa pacífica y se convierta en una ciudad donde se oiga crecer el progreso y pare de ser la vergüenza de los colombianos y de los extranjeros que la visitan.
Niño Dios, ayúdanos a “vender” nuestra región para que se establezcan, como antes, nuevas empresas extranjeras; que la industria manufacturera sea financieramente sólida y se constituyan compañías intensivas en capital, como también fábricas medianas y talleres pequeños generadores de empleo, con mano de obra de excelente calidad. Concédeme el gusto de ver al Valle como el mayor departamento proveedor de divisas, claro está, incluyendo las que produce la exportación del café que se siembra en sus laderas.
Necesitamos un sector privado en continuo crecimiento; que la industria de la construcción jalone el empleo de mano de obra no calificada; que el comercio esté diversificado, bien surtido, con una rápida rotación de inventarios y bajos niveles de cartera morosa. Que en Cali se constituyan, de nuevo, instituciones financieras de todo tipo, incluidos fondos de pensiones y compañías de seguro, a fin de aprovechar el ahorro que generan los vallecaucanos. Que estas empresas y aquellas mencionadas anteriormente emitan títulos, bonos y acciones que se negocien en las bolsas de valores.
Enséñanos a utilizar nuestra diversidad geográfica: selva, montaña, ladera y valle; que se aproveche el desarrollo de nuestras ciudades intermedias; y se investiguen variedades de productos agrícolas capaces de competir en productividad y precio con los extranjeros; que nuestras universidades formen estudiantes con espíritu empresarial; que se “empoderen” a verdaderos gerentes, distintos a los dueños de las industrias y que las empresas se transformen en compañías abiertas al mercado de capitales, para evitar peleas de carácter familiar que, algunas veces, hacen daño a su estabilidad y crecimiento.
Niño Dios, sé que esta carta la podemos hacer realidad con tu ayuda, razón por la cual te doy las gracias en nombre de mis coterráneos, trabajadores, responsables, inteligentes y honestos, que rechazan el enriquecimiento fácil e ilícito y que viven enamorados de su bello, diverso y fértil Departamento del Valle.
Carta para el niño dios
Vie, 24/12/2010 - 00:00
Te pido, querido Niño Dios, un Departamento del Valle donde se cultive caña para fabricar azúcar, panela, miel y alcohol, tanto como melado y manjarblanco para los mercados nacionales y extranjeros