Peñalosa difícilmente entregará algún colegio en lote nuevo que se haya gestionado, desde la adquisición del predio, y contratado durante su administración. Tampoco cumplirá la meta que se trazó en su plan de desarrollo; “construir y dotar 30 colegios nuevos”, pues a la fecha solo ha entregado cinco. Confidencialmente el mismo número de colegios que recibió contratados de la administración Petro. La realidad es que el proceso de gestionar, contratar y construir un colegio normalmente supera un periodo de gobierno en las condiciones contractuales vigentes.
Una de las pocas políticas que ha logrado tener algo de continuidad de alcalde a alcalde en la ciudad ha sido la construcción de colegios. En 20 años la ciudad pasó de tener un déficit alto de cupos en colegios públicos a un superávit. Sin embargo, si queremos seguir avanzando en implementar la jornada única o completa para la totalidad de los estudiantes de colegios públicos, aun necesitaremos de muchos más. Bogotá cuenta con 401 colegios públicos, de los cuales solo 90 NO tienen jornada en la tarde, lo cual nos muestra que el camino aun es largo si queremos seguir reduciendo la brecha entre educación pública y privada.
Colegios nuevos en lotes nuevos
Hasta febrero de 2019 la administración distrital había entregado 5 colegios nuevos de los cuales tres se habían adjudicado en el año 2015 y dos en 2017. Son necesarias dos salvedades en las cifras. La primera, uno de los colegios adjudicados en 2015 El Ensueño debió tener un nuevo proceso de adjudicación para terminar sus obras en 2017 y los dos colegios adjudicados en 2017 Jorge Isaacs y Soledad Acosta de Samper fueron gestionados y diseñados en la anterior administración.
En lo corrido de este gobierno se han adjudicado 8 colegios nuevos en lotes nuevos, la mayoría de ellos con predios y diseños gestionados en la anterior administración. Vale la pena mencionar que durante el primer año de Peñalosa no hubo ninguna adjudicación de establecimientos en lotes nuevos.
La anterior administración dejó en construcción 5 colegios nuevos en lote nuevo y adicionalmente compró 7 colegios privados, a los que les realizó adecuaciones y los convirtió en colegios públicos. Estos últimos 7 sumados tenían una capacidad de 6 mil estudiantes, también entregó 10 restituciones. La actual Alcaldía también heredó 12 proyectos de restitución en obra y 16 proyectos de restituciones con diseños.
La construcción de un colegio desde cero es una tarea de largo aliento, tan solo gestionar el lote que implica: adquisición y trámite de los diferentes permisos necesarios para la construcción, toma entre 12 y 24 meses. Contratar y hacer los estudios y diseños necesarios suele tardar un año más. Por último, contratar la construcción y efectuarla toma entre 18 y 24 meses. El ciclo completo del proyecto puede requerir fácilmente cinco años de trabajo.
Teniendo en cuenta los tiempos antes mencionados, la entrega de colegios en una administración dependerá irremediablemente del trabajo que hizo la anterior. Por ejemplo, mientras la anterior Alcaldía recibió solo un lote apto para colegio, que cumpliera entre otros el requisito de tener más de 4 mil metros cuadrados, esta administración recibió 13 lotes aptos para colegios y nueve lotes más en un proceso muy adelantado de adquisición.
Lo mismo pasará con la siguiente administración. Sus logros en esta materia dependerán del inventario recibido: procesos en obra, diseños terminados listos para adjudicación y lotes aptos para iniciar diseños. Hasta el momento esta administración ha adjudicado 13 restituciones totales y 8 colegios nuevos en lote nuevos como se mencionó anteriormente. Si bien no parece que vaya a lograr cumplir la meta de 30 nuevos y 30 restituciones, debemos ver otros posibles logros o problemas.
La gestión en materia de colegios no solo se mide en los colegios nuevos en lote nevo que se entreguen en 4 años. El objetivo es brindar más y mejores espacios para los estudiantes. En ese orden, las restituciones, la gestión predial, las ampliaciones o reconstrucciones parciales y el número de colegios diseñados son fundamentales. Incluso la estrategia de comprar instalaciones de colegios existentes de carácter privado y adecuarlos es una importante estrategia que no debe caer en el olvido, en especial teniendo en cuenta la escases de lotes idóneos.
Ufanarse de los logros en procesos de infraestructura educativa sobre la base de atacar al antecesor, desconociendo las bases de los avances actuales, es sectarismo puro y duro, lo cual no permite a la ciudad capitalizar el saldo pedagógico de un proceso en el que Bogotá ha sido un ejemplo. Es hora de poner a los estudiantes por encima de las disputas políticas.
