Independiente de mi calidad de veedor y opositor ciudadano, bien desde mi tribuna periodística, bien desde la posición política y jurídica que me depare el destino, siento la obligación y el deber civil de hacer un resumen para dar cuenta del desastroso desempeño de Gustavo Francisco Petro Urrego al frente de la administración distrital. No ha pasado ni un mes desde que asumió el cargo en propiedad y así parezca demasiado exigente, cuando se arranca tan mal, incluso desde antes de su posesión, se avizora un panorama negro para Bogotá y quienes desarrollamos nuestras vidas en la capital. Resumiendo: crónica de una muerte anunciada.
Por lo general me gusta encausar mis escritos haciendo memoria del asunto central, porque refresca la realidad y sirve para erradicar esa fatal amnesia selectiva que nos afecta de manera sistemática. No va a ser esta la excepción. Aunque ya se haya dicho mucho acerca del pasado de este siniestro hombre, bueno es recordar el dolor, la sangre y la impunidad que vive nuestro país y que en gran medida le es atribuible, así sus alianzas criminales para taparlo, aún subsistan.
Hay que comenzar diciendo que el exconvicto Petro Urrego, resolvió que los albores de la política –como él la concibe- deben darse en torno a la muerte y al espectáculo narcoterrorista, pues hizo sus primeros pinitos de la ejecución comunista en el Movimiento 19 de Abril, más conocido como M-19, que fungía como brazo armado de la Alianza Nacional Popular (Anapo), organización comunista agitadora y ejecutora de la violencia, a través de cortinillas políticas y que tenía como una de sus principales figuras a María Eugenia Rojas alias “La Capitana”, madre del gran Sammy, otro destacado terrorista político. Petro, como insigne violador de los Derechos Humanos (título que supongo lleva con orgullo), participó entre otras en la toma a la Embajada de República Dominicana, los secuestros y asesinatos del periodista José Raquel Mercado, el gerente de Indupalma Hugo Ferreira Neira, el alto ejecutivo de una empresa petrolera Nicolás Escobar Soto y el secuestro del doctor Álvaro Gómez Hurtado, dirigente conservador, candidato presidencial y director del periódico El Siglo. A esta ristra de delitos que adornan el prontuario del narcoguerrillero, debemos sumarle la no menos importante toma del Palacio de Justicia el 6 de noviembre de 1985 en Bogotá. En este punto de la ringlera delictual del sujeto, debo detenerme para hacer una importante acotación. Paradójicamente, hoy por hoy el coronel (r) Luis Alfonso Plazas Vega esta purgando una condena por el caso del Palacio, sin argumentos jurídico-fácticos sólidos que den sustento a tal decisión judicial. Mientras pasan los días de la injusta pena en contra del oficial, Petro y sus camaradas comunistas gobiernan en diagonal al sitio que fuera blanco de uno de los más atroces ataques a los Derechos Humanos, a la democracia y a la soberanía del Estado colombiano; desde el Palacio Liévano. No obstante, Petro dice que no tuvo nada que ver porque estaba preso en ese entonces, pero como acá todo vale y todo se olvida, entonces resulta que ahora este narcoterrorista es una paloma más de la Plaza de Bolívar, símbolo de la libertad, las garantías y adalid de los derechos de los asociados. La hilada de punibles cometidos por el burgomaestre no puede quedar en el olvido, recordemos que un pueblo que olvida su historia está condenado a su repetición.
Posteriormente fue condecorado y premiado con una embajada en Bélgica, desde donde previo a haber sido Representante a la Cámara, empieza su “lucha política-ideológica” que no es más que la causa que hoy se va apoderando de las instituciones, carcomiéndose los derechos de las víctimas y apalancando la impunidad, el homosexualismo, las aberraciones sexuales, el transgenerismo y la corriente LGBT, entre otros, sobre la base de su Política del Amor. Esta nueva, degenerada y desequilibrada política –por decir lo menos- hoy da cuenta de 27 días en los cuales Petro no ha hecho más que utilizar cortinillas de humo para desviar la atención de los ojos críticos, las veedurías y las contralorías de su pésima gestión administrativa, pues acá lo que necesitamos es un gerente. Y me pregunto: ¿aparte de fusiles, proveedores, granadas y cananas que más habrá administrado Petro?
La tipificación de delitos parece ser una práctica aún vigente en las conductas del Alcalde Mayor. Recordemos que antes de firmar su posesión, ya había generado pánico económico, con las declaraciones presentadas sobre un proyecto para fusionar las empresas de Energía, Teléfono y Acueducto, que causaron la baja de la cotización en la bolsa y la suspensión del mercado bursátil por tres días.
Otra gran demostración de su clientelismo populista y de su demagogia comunista son los nombramientos amañados y desatinados de su gabinete. Es así como en importantes cargos de dirección en el Distrito, ha nombrado personas que no son lo suficientemente competentes y carentes de experiencia para desarrollar los mismos. El nuevo gerente de la ETB, una de las empresas públicas de mayor envergadura y complejidad, siendo una de las más sólidas operadoras de telefonía de Colombia, es el señor Saúl Kattan. Él estuvo durante un año a la cabeza de la pizzería I love pizza en Miami. Antes había administrado Juan Valdez en Norteamérica, con resultados adversos y negativos para el balance de la Federación Nacional de Cafeteros. Y antes de viajar a Estados Unidos fue gerente de la franquicia de las tiendas de alquiler de videos Blockbuster, en las que hubo una importante inversión de empresarios de la colonia judía, que finalmente nunca despegó, según lo reveló esta revista.
Ahí no paran los descalabros. El (la) doctor (a) Tatiana Piñeros Laverde es el (la) nuevo (a) Director (a) de Gestión Corporativa de la Secretaría de Integración Social del Distrito Capital. Es un transexual y digno ícono de la Política del Amor ya conocida por nosotros. Esta es una entidad que en teoría propugna por el tejido social, sobre la base de la moral y las buenas costumbres que deberían regir los designios de un Estado de Derecho. Es un rol que involucra el trabajo con niños fundado en procesos humanos, de prevención a la drogadicción, prostitución y en general por la familia como núcleo fundamental de la sociedad y la dignidad ciudadana. Además Tatiana, deberá manejar 570 mil millones de presupuesto de una secretaría a la que la Alcaldía le encomendará gran parte de su programa de gobierno. ¡Ay, Dios!
No podemos pasar por alto otro sonado visillo, sofisma de distracción de la nefasta participación de Petro en la segunda magistratura más importante del Estado: las corridas de toros. ¿Será que al subversivo no le llaman tanto la atención temas como el de construir la Avenida Longitudinal de Occidente que tanto necesitamos, o la seguridad, o la movilidad, o la educación y la salud, como el de cazar una pelea con la afición taurina, aduciendo que no va a permitir espectáculos que giren en torno a la muerte? Esto sí es populismo puro y duro. Si alguien debería estar alejado y marginado de por vida del ejercicio político, por no solo permitir, sino protagonizar espectáculos de muerte de seres humanos, secuestros, crímenes de lesa humanidad, holocaustos, masacres y demás cantidad de vejámenes que hemos tenido que soportar en el país, es él y su admirable secretario de gobierno distrital, Antonio Navarro Wolf quien se jacta de decir “tuvimos que tomar las armas para llegar al poder” y hoy en día hasta expulsado del mismo Polo Democrático Alternativo.
Estos tipejos hoy son Progresistas. Poco y nada veo yo de progreso en los casi 30 días de mandato del alcalde y su gabinete, o gavilla mejor. El retroceso a las prácticas nocivas del comunismo hoy se respiran en nuestra ciudad y en poco tiempo habrán de tomarse la jefatura del Estado.
Oh, qué será qué será.. que en Bogotá el insoportable vaho y el tufillo del Partido Comunista, la Juco, la Anapo y demás manifestaciones comunistoides, mamertas y cómplices empañan los vidrios del Palacio de un alcalde que anda como Petro por su casa? Abrazo cálido. Seguimos trabajando. #nomasmentiras
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