
Sí, para hombres. Lo han leído bien. Todo el mundo habla de empoderamiento femenino, las primeras nosotras, desde Bepow, el medio de comunicación internacional para las mujeres que quieren crecer personal y profesionalmente, pero el empoderamiento de los hombres es también vital si realmente queremos avanzar en nuestras sociedades.
Sí, lo sabemos, las mujeres lo necesitamos más, de hecho, por eso Bepow empieza por ahí. Pero seguramente no tenemos que venir nosotras a descubrirles que ustedes están igualmente atrapados en este patriarcado y necesitan sacudirse las ideas obsoletas y dañinas de lo que aún implica ser un hombre en nuestra sociedad. Unas ideas por las que sus amigos, su familia, muchos de sus congéneres y hasta las mujeres les juzgamos. Esto no lo decimos nosotras solamente, sino líderes del Banco Mundial y otros organismos asociados a Naciones Unidas.
¿Verdad que ustedes tienen que ser los fuertes y duros en sus casas, aunque les despidan de sus trabajos, aunque no consigan traer más plata? ¿A que sienten la responsabilidad financiera de sus familias y si no consiguen avanzar profesionalmente, la sociedad les critica por ello? ¿A que se supone que tienen que controlar a su mujer? ¿A que la sociedad les permite gritar, enfadarse, pero desde pequeños no se les deja llorar, ni mostrar signos de debilidad? Ni se le ocurra compartir sus preocupaciones personales y laborales con sus amigos, menudo afeminado.
Pues por todo ello decimos que ustedes también tienen derecho a empoderarse, a recuperar su habilidad de lidiar con las emociones que sienten (pena y vulnerabilidad) y no esconderlas tras otras socialmente aceptadas (ira y orgullo), como explican los expertos psicólogos de la prestigiosa Psychology Today Magazine. A ustedes les interesa que nosotras seamos fuertes, porque así se podrán quitar ese traje de superhéroe de la familia que tanto les pesa y compartir responsabilidades. Podrán incluso llorar, que ya sabemos que muchas veces se contienen, pero desahogarse les dejaría muy aliviados y no necesitarían canalizar esas emociones a puñetazos o a tiros, asegura una de las psicólogas de esa revista especializada.
Ahora bien, ¿cómo se empodera un hombre? Hay varias organizaciones que ya lo hacen, pocas, no obstante. Men Engage es una de ellas, una alianza global que agrupa a cientos de organizaciones no gubernamentales a nivel mundial y a socios de Naciones Unidas. Según Maria Correia, líder del World Bank con más de 25 años de experiencia en asuntos de género, desde la perspectiva de la violencia, hay cinco tipos de hombres que podrían empoderarse de la siguiente manera:
“Los hombres que son víctimas de la violencia tienen que terminar con su silencio y buscar ayuda. Los hombres que utilizan la violencia tienen que buscar ayuda. Los que son solo espectadores en silencio de las cosas que ocurren tienen que hablar. Los que ya hablan, convertirse en agentes de cambio. Y los que ya lo son, movilizar a los otros”, les anima.Déjense espacio para ser ustedes mismos y suelten la carga, porque dejando su carga, tratándola, expresándola o saltándose el tabú de llorarla a gusto, se reducirían muchos de los problemas que nos afectan a todos, incluidas las mujeres, claro. Según un experto de Psychology Today, después de “expresar los sentimientos, el hombre ya no seguía amenazando con matar al joven (que había violado a su hija) y fue capaz de ayudar a su hija de una mejor manera”. A nosotras mismas también nos recordamos que está muy bien que nos empoderemos, que nos hagamos más fuertes, lo necesitamos; pero también lo tenemos que hacer por nuestros compañeros, para darles su espacio y que dejen de tener que llevar solos el símbolo del proveedor del hogar de modo que nosotras nos sintamos seguras. Es importante reforzarnos para que los hombres nos enseñen sus debilidades sin que nos asustemos, porque en muchos casos somos nosotras las que preferiríamos no verlas cuando les despiden, cuando no ingresan lo que necesitamos, si les vemos con miedo en un momento de incertidumbre… Empoderémonos para que ellos se empoderen. Señores, colaboren con el empoderamiento femenino porque ahí está también su tabla de salvación. Podrán librarse de la losa que les ha puesto encima este patriarcado. A las instituciones, aplíquense el cuento y creen programas también para ellos. Y a los padres y madres, ¡acuérdense de enseñarles a sus hijos a mostrar sus emociones, por un futuro en igualdad!