Exorcicen al Concejal Marco Fidel

Suena paradójico y hasta curioso que una persona que cada vez que va a un culto de adoración a Dios, y pide a grito entero perdón y pregona el amor al prójimo de puertas para adentro en una iglesia cristiana, de puertas para afuera se dedique a infundir odios y rencores a quienes considera indignos de vivir en este planeta.

A este modo de proceder del concejal de Bogotá Marco Fidel Ramírez, solo le puedo encontrar dos explicaciones; la primera es que puede haber leído la Sagrada Biblia de principio a fin, sin  saber que  una cosa es leer y otra entender. Será por esto que se tergiversa tanto la sagrada escritura y no se comprende la lección que Jesucristo dejó, que se resume en amar al prójimo y no señalar a nadie, sobre todo cuando se es igual o peor de indigno a quien se juzga. La otra explicación que le encuentro a la actitud del  honorable cabildante Ramírez es que sin darse cuenta puede estar poseído por Satanás, quien es el que le lleva a pronunciar discursos,  que más que enseñar a vivir en amor a Dios, cuidando del otro, enseñándole el camino del bien, sin juzgarlo, le lleva a promover debates en donde prácticamente pide que se lapide a toda una comunidad de seres humanos, que en lugar de darse golpes, o disparar balas, robar, etc., han optado por amar a personas de su mismo sexo. De ser cierta la segunda hipótesis, no solo habría que practicar unas cuantas sesiones de exorcismo al Concejal Marco Fidel Ramírez, también habría que hacerlo con el senador conservador Roberto Gerlein, quien dice sentir asco porque el sexo que practica la comunidad homosexual, es un “sexo excremental”. Seguramente el parlamentario barranquillero, haciendo alarde de su alma pura y conservadora, no se ha  dado cuenta cuáles son los órganos del cuerpo que se utilizan en el momento de un acto sexual, y que uno de ellos es la  boca, la misma que se usa para decir que dice que se siente repugnancia; con la misma que se hace sexo oral, cuando no se es tan puro y conservador, claro está. Pero lo extraño de este líder político es que parece desconocer la tradición de su tierra, a través de la cual se le enseña a un joven cómo es el acto sexual, pero no con  una mujer, sino a una burra. ¿Qué raro que esto no le de asco al Senador Gerlein?, por cierto, nacido en  la Costa Atlántica. Pero volviendo al Concejal Ramírez y dejando a un lado a Roberto Gerlein, me preocupa bastante que este señor pueda estar poseído por Satanás, amo y señor del odio, patrón del mal y rector de los malos concejos en los seres humanos. Por esto pido que se le examine, porque de ser cierta la posibilidad de que sea víctima de una posesión diabólica, no sería raro escucharle  proponer en medio de uno de sus particulares debates, “que se prenda una hoguera en la Plaza de Bolívar de Bogotá, y se queme en ella a todo aquel que pertenezca a la comunidad LGBTI, lo mismo que a la población de trabajadores y trabajadoras sexuales, siguiendo el ejemplo de mi Dios nuestro señor, cuando quemó a Sodoma y Gomorra”. Sería bastante lamentable que el cabildante llegara a este extremo, no por culpa de él, sino porque su instinto podría estar dominado por el Príncipe de las Tinieblas, aquel que nos lleva a hacer y decir cosas que no queremos, y por el cual caemos en el error de utilizar nuestros importantes cargos para perseguir a quienes consideramos indignos de hacer parte de esta sociedad, así alguno de ellos hayan depositado su voto por el concejal en las urnas el día de las elecciones, como le pudo haber pasado también al Senador Gerlein, sin que lo supiera, claro está, porque de haber sido así, seguramente hubiera sentido asco excremental. Como católico que soy, elevo mis oraciones a Dios para que el demonio se aleje del concejal Marco Fidel, para que este entienda en primer lugar que si las finanzas del Canal Capital están mal, es porque en el pasado se lo uso como elemento para pagar favores políticos en Bogotá, sin que a nadie le importara o protestara, y que ahora que se quiere corregir ese error dándole participación a las comunidades, entre ellas a la población LGBTI. No se puede pretender ser una especie de piedra en el zapato, con la idea de querer posar como adalid de la moral y el buen comportamiento, cuando todo el mundo sabe y conoce de las prácticas y el modo de proceder de algunos líderes de la iglesia cristiana. Por eso acudiendo a las sabias palabras de Jesucristo, me atrevo a decirle al Concejal Marco Fidel Ramírez que, “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. @sevillanojarami